El Gobierno israelí aprobó ayer un cierre total de tres semanas para frenar la segunda oleada del coronavirus, que golpea con fuerza el país desde mayo y que alcanzó en la última semana uno de los índices de mortalidad más altos del mundo. La última cifra de contagios, para una población total de 8,9 millones, fue de 4.158.

"Hoy [por ayer] el gobierno decidió aplicar el confinamiento estricto de tres semanas con la opción de extender la medida", declaró Netanyahu, cuyo país se convierte así en la primera economía desarrollada que toma tal medida para frenar una segunda ola de contagios.

A partir del próximo viernes, los israelíes no podrán salir a más de 500 metros de su domicilio y los comercios no esenciales permanecerán cerrados. Además, no podrán juntarse más de diez personas, entre otras restricciones.

El ministro de Vivienda de Israel, Yaacov Litzman, anunció ayer su dimisión en respuesta a los planes del Gobierno para aprobar un nuevo confinamiento.