El pasado mes de abril, en pleno confinamiento, ya auguraba que tras el encierro obligatorio habría un repunte de pacientes en las consultas de Psiquiatría, algo que ya empiezan a notar los hospitales gallegos. A quienes acuden por primera vez al desarrollar trastornos de ansiedad o cuadros depresivos por lo vivido en pandemia se suman los pacientes con patologías previas que tenían revisiones pendientes o cuya situación se ha agravado tras meses de consultas solo telemáticas. El médico del Hospital de A Coruña y presidente de la Asociación Gallega de Psiquiatría, José Ramón Silveira, reconoce que aunque de momento las unidades de salud mental no sufren "saturación", temen que en los próximos meses la demanda les pueda "sobrepasar". Para ello, asegura, ya están trabajando con el objetivo de que esto no llegue a suceder.

En abril auguraba un repunte de pacientes tras el confinamiento. ¿Ha sido así?

La asistencia todavía se está normalizando aún ahora porque durante el verano hubo muchas consultas que eran telefónicas. De momento no tenemos saturación pero puede empezar a partir de ahora porque se une que pacientes que llevaban meses sin sus revisiones presenciales vienen ahora, con quienes tenían patologías previas graves y que se han descompensado y con pacientes que solicitan una primera consulta. Es cierto que tras el confinamiento hubo un repunte de pacientes con ansiedad o cuadros depresivos por el miedo generado durante la pandemia, los duelos o las pérdidas vividas. Como muchos pacientes seguían con asistencia telefónica y no venían a consulta presencial se puedo absorber la demanda sin problemas, pero ahora que ya vienen todos es cuando puede empezar a notarse cierta saturación.

¿Qué pacientes son los que acuden ahora a consulta?

Por una parte están pacientes con patologías previas y que sufren descompensaciones periódicas porque tienen poca adherencia al tratamiento, se desestabilizan y a veces necesitan ingresar. Ahora mismo se puede decir que de este grupo tenemos prácticamente a todos en esta situación de descompensación y se debe en parte a la falta de cobertura, no solo médica, durante estos meses porque a estos pacientes la consulta telemática no les sirve. Y a ellos se unen otros pacientes graves que normalmente no sufren descompensaciones y que vuelven ahora a revisión o consulta y observamos que en un porcentaje más alto de lo habitual sí han sufrido alguna descompensación. Esto tiene que ver con los diferentes tipos de estrés que han vivido tanto ellos como su entorno. Les influye el estrés que ven en la familia, el que no pudieran salir a la calle con sus cuidadores, los cambios en los hábitos y las rutinas que para ellos son muy importantes, etc... Si analizamos los números, el grupo de pacientes graces es un grupo menor, lo que sí hay un gran aumento es de pacientes no tan graves con patologías como ansiedad o cuadros depresivos y que demandan reajustes.

¿Qué problemas presentan quienes demandan ahora por primera vez la asistencia de un psiquiatra?

La mayoría tiene trastornos de ansiedad o cuadros ansio-depresivos. Por ejemplo, entre junio y agosto hemos tenido más ingresos de lo normal de personas mayores con depresión. No hemos realizado un estudio pero mi impresión es que esto no es casualidad, sino que se debe a las consecuencias de la pandemia, del estrés, del miedo vivido porque además son un colectivo muy golpeado por el coronavirus.

¿Cuáles son los signos de alarma de una depresión en un anciano?

Los propios de cualquier depresión. La persona suele estar retraída, no disfruta de ninguna experiencia ni de la familia, ha perdido interés en las cosas, apenas sonríe, realiza quejas veladas del tipo 'no puedo', se deja en el tema de la higiene, hace comentarios pesarosos... Todos pueden ser síntomas de una depresión pero no significa que si alguien los tiene sea siempre depresión.

¿Hay temor a un segundo confinamiento?

Hemos observado a un nuevo grupo de pacientes, que ante el temor a un nuevo confinamiento registran cuadros de ansiedad. Ya hemos visto casos en residencias, donde vuelven a tener cierto confinamiento. Hay personas a las que el miedo y la tensión de pasar otra vez por lo mismo, les genera ansiedad.

¿Qué es lo que caracteriza a la situación de pandemia que provoca un aumento en los problemas de salud mental?

Se trata de una situación excepcional pero no vemos patologías excepcionales o propias de la pandemia sino que son las de siempre que también aumentaron con la crisis de 2008 por el repunte de estrés que en el caso de la pandemia es todavía mayor. En mi caso nunca había vivido una demanda como ahora, pero hay que tener en cuenta que en solo una semana se pasó del 8-M con manifestaciones y partidos de fútbol en donde parecía que no pasaba nada a encerrarnos y parecer que todos íbamos a morir con el virus. Esto es difícil de asimilar. Después llegó el confinamiento que se prolongaba progresivamente y que hizo que la alerta, la tensión se mantuviesen para volver a la nueva normalidad y calar el mensaje de que habíamos vencido al virus, lo que no fue así y ahora estamos en la segunda ola y sin tiempo de descanso. No es lo mismo que esto ocurriese el año que viene que ahora. Hay mucho estrés por duelos, temores, ansiedad, gente con sobrecarga y a esto hay que sumar el tema económico, el impacto social...

¿Cómo esperan que sean los próximos meses? ¿Aumentará la demanda?

Fue un verano peor porque tuvimos demanda extra pero ahora al unirse las revisiones de pacientes con patologías previas, los que tienen enfermedades graves y las nuevas consultas tememos que la demanda nos pueda sobrepasar. Esta segunda ola que estamos empezando a vivir puede terminar aquí o puede hacer que como en la mente colectiva está todo lo vivido anteriormente pues haya una demanda en salud mental que sea mayor que la primera vez.

¿Están preparadas las unidades de salud mental?

En el caso del área sanitaria coruñesa contamos con una dotación estándar que ya normalmente es insuficiente, pero esperamos que no lleguemos a esa situación de vernos sobrepasados. Estamos trabajando para solucionarlo y ya se ha abierto una vía rápida para atender a los pacientes.

¿Qué consejos se pueden seguir para sobrellevar lo mejor posible la pandemia a nivel mental?

Lo importante es lograr un equilibrio entre las tareas y el descanso de la mente. En el descanso es fundamental el sueño, dormir bien y también una buena alimentación. Hay que intentar descansar la mente del tema coronavirus, no solo hablar de esto, por ejemplo, y buscar una distracción que no suponga un mayor trabajo para la mente. Es decir, aunque nos guste no vamos a ponernos a estudiar inglés para descansar la mente. Es muy bueno pasear, permite dejar de pensar en temas que nos preocupan mucho mejor que ver la televisión.