Un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica, con encuestas a profesionales de 18 países, revela que hasta un 60% reconocen que la actividad asistencial a pacientes con cáncer se redujo durante el pico de pandemia y un 64% dice estar preocupado por la ralentización en los tratamientos. En el caso de A Coruña, el hematólogo del Hospital Universitario y vocal de la Asociación Española contra el Cáncer, Guillermo Debén, reconoce la demora en el diagnóstico de algunos tumores "debido al parón de actividad, a la suspensión de cribados en los primeros meses y también al miedo de muchos pacientes a acudir al hospital", pero sostiene que tanto los tratamientos como las cirugías de urgencia "se mantuvieron" en el centro coruñés incluso en los peores momentos de la pandemia.

¿La pandemia ha demorado la asistencia a los pacientes con cáncer?

Hay que diferenciar varios segmentos. El diagnóstico y alguna revisiones sí se vieron afectadas por el parón de actividad pero los tratamientos y las cirugías, no. En el caso del diagnóstico, por ejemplo, se unió el parón de actividad en los primeros meses, la parálisis temporal de los cribados y el miedo de los pacientes a acudir a un centro sanitario por temor al contagio. Esto provocó que bajase el número de pacientes que llegan con patología en estado muy precoz, el número de pacientes nuevos. Pero ocurrió en todas las especialidades. Neurólogos que aseguran que asistían menos ictus o cardiólogos que atendían menos anginas de pecho e infartos o que observan cómo ahora los pacientes llegan con complicaciones que hacía años que no veían.

¿Qué consecuencias tendrá el haber retrasado semanas o meses el diagnóstico de un tumor?

Las consecuencias de esta situación se verán a largo plazo pero está claro que el momento del diagnóstico tiene mucha transcendencia. Hay determinados tumores en donde, por decirlo de una forma fácil de entender, no importa que tengan un centímetro más o menos y otros, donde dos centímetros suponen pasar de ser una enfermedad curable a incurable. Lo que está claro es que si un diagnóstico se retrasa, lo hace también el inicio del tratamiento. Todo esto tiene mucha trascendencia.

¿Ven ya en consulta los efectos de esta demora?

Sí, tengo compañeros que aseguran que ven complicaciones como hacía tiempo que no veían y llegan algunos pacientes a consulta incluso con metástasis que en otras circunstancias llegarían con una patología en fases iniciales.

¿Predomina algún tipo de tumor?

No, hay de todo, pero sí que es cierto que hay algunos, como por ejemplo, el cáncer de colon que puede crecer mucho en el abdomen y que si no hay otras manifestaciones, no se detecta hasta que hay una obstrucción cuando lo ideal es diagnosticar sin llegar a eso. Seguro que hay casos así en hospitales de toda España.

También se retrasaron las revisiones...

Sí, en pacientes en remisión estable o que han superado el cáncer hace años se pudieron demorar algo las revisiones sin que en principio tenga que pasar nada. Cuando se estaba pendiente de un diagnóstico, no. Se mantuvieron y la gente en general estaba preocupada por esta situación y acudió.

¿Y los tratamientos y cirugías? ¿Se mantuvieron sin problemas durante estos meses de pandemia?

En los casos de pacientes con cáncer y tratamientos activos, salvo casos excepcionales, se mantuvieron. Las sociedades científicas además coincidían en asegurar que era mucho más el riesgo de abandonar el tratamiento que de contraer la infección de Covid. Aunque también hay que decir que hubo pacientes que tomaron la decisión de no seguir con el tratamiento durante ese periodo por miedo al coronavirus. Y en cuanto las cirugías se realizaron solo las urgencias y aquellas que no podían esperar y ahí estaban los cánceres.

¿Se ha retomado ya toda la actividad aplazada por el Covid? ¿Los cribados, por ejemplo?

Vamos retomando las agendas. En el caso de los cribados sufrieron una parálisis temporal porque había que destinar recursos al coronavirus y esto obligó en algunos sitios a cerrarlos. Ahora ya se está retomando la actividad pero es cierto que estamos al albor de lo que vaya sucediendo con la pandemia.

¿El miedo fue el gran protagonista de estos meses?

Sí, la gente cogió mucho miedo porque era algo desconocido, pero debe saber que ante cualquier síntoma de sospecha o compatible con cáncer hay que buscar asistencia médica porque el Covid está ahí, pero también el cáncer. Los médicos estamos preocupados porque de repente el coronavirus es como una mancha de aceite pero hay que pensar que no solo hay Covid y que tenemos que convivir con él, protegernos e intentar no transmitirlo siguiendo las medidas de seguridad marcadas.

¿Tienen los pacientes con cáncer más riesgo de contraer el coronavirus?

Depende del tipo de enfermedad aunque el riesgo es algo mayor en estos pacientes. En hematología no hemos apreciado grandes complicaciones infecciosas. Es cierto que estos pacientes al principio venían con ciertos miedos pero tenían claro que tenían que tratar su cáncer pese a la infección.

¿Qué papel juega Atención Primaria en oncología?

La vía natural es que el paciente acuda lo primero a su médico de cabecera, es la puerta de entrada al sistema sanitario y si está colapsado, mal vamos. Todo lo que tenga que ver con la salud entra primero por Atención Primaria y es ahí a donde ahora hay que destinar recursos. El caballo de batalla contra el Covid es Atención Primaria.

Un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica indica que el 37% de profesionales encuestados están preocupados por un parón en la investigación sobre el cáncer. ¿Cómo ve la situación?

Los grupos grandes y asentados tuvieron que parar por una cuestión logística por el confinamiento obligado y esto supuso cierto enlentecimiento. Es cierto que al principio fue algo de locos y todo parecía que se destinaba a coronavirus pero ahora vuelve todo a normalizarse y al equilibrio.