Aunque, con carácter general, las reglas para el alumnado con necesidades educativas especiales son las mismas que para el resto de los escolares gallegos -uso de mascarilla en mayores de 6 años si la toleran, higiene de manos un mínimo de cinco veces al día, una distancia física de 1,5 metros como norma y potenciación de la ventilación de espacios cerrados-, la Consellería de Educación ha elaborado un protocolo adaptado al alumnado que recibe apoyos y atenciones específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta para el caso de que precise medidas adicionales o diferentes.

Por ejemplo, la Xunta admite que no se utilice la mascarilla en aquellos menores que no la toleren, da prioridad a estos estudiantes en el acceso a los centros y en las salidas y además menciona la posibilidad de establecer unidades donde se agrupe la atención a los niños con apoyos específicos, pero manteniendo espacios y materias comunes con el resto alumnos "para facilitar su inclusión".

En concreto, el documento difundido ayer en la web de la Consellería de Educación, señala al respecto que "para facilitar la gestión sanitaria del SARS-CoV-2 y la mejor atención posible al alumnado que precise apoyos específicos con criterios de seguridad, podrá procederse a la creación, siempre voluntariamente por parte de los centros, y en coordinación con las familias, de Unidades de Educación Especial en Centros Ordinarios". El texto, de las Consellerías de Educación y de Sanidade, especifica que "se facilitará que este alumnado comparta espacios de uso común y otras asignaturas específicas para facilitar su inclusión". En todo caso, se indica que "con carácter general y por motivos de inclusión", este alumnado formará el grupo de connivencia estable con el aula a la que pertenece.

Las autoridades educativas gallegas siempre han presumido de ser una comunidad líder en inclusión: en torno al 93% de los niños con necesidades específicas de apoyo educativo está escolarizado en centros ordinarios, como aseguraba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, hace unos meses, para destacar que en Galicia más de cuatro mil profesionales se dedican a la atención de diversidad en los centros educativos.

Los potenciales beneficiarios del protocolo, que especifica también que en las sesiones de Audición y Lenguaje se hará uso de máscaras transparentes o que se pueda disponer de cartelería con pictogramas para garantizar el acceso a información relevante, serían los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), es decir, aquellos que requieran, "por un período de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta". Con arreglo a esos parámetros, el Ministerio de Educación señala en la última estadística publicada al respecto (2018/19) que en Galicia habría 15.665 alumnos con necesidades educativas especiales, bien por discapacidades auditivas, visuales, motoras o intelectuales, bien por trastornos generalizados del desarrollo o trastornos graves de conducta o personalidad (más de la mitad), integrados en centros. A ellos se sumarían los de centros especiales -unos 1.200-.

El protocolo aconseja que el alumno NEE disponga de un documento de adaptación específico de medidas de seguridad al arrancar el curso, realizado por el orientador y su pediatra. En él se incluirá si tolera o no la mascarilla y las señales de alerta que correspondan si el alumno no puede comunicar o discernir con claridad los síntomas de Covid-19.