¿Cuál es la habilidad o conocimiento más importante para vosotros? Esta pregunta encabezaba los paneles de la sala en la que Manel Rives, docente especializado en tecnología, impartió su taller. Acto seguido aparecía: "La creatividad, la resolución de problemas complejos, el conocimiento técnico, aprender a aprender, gestión emocional, mentalidad de crecimiento, gestión del tiempo o descifrar crucigramas". Y los asistentes al taller tenían que elegir. "Empatía", se escuchó en la sala. "Capacidad de liderazgo", aportó otro asistente.

"La inteligencia emocional es súper importante y la escuela se ha centrado (y se centra) demasiado en lo académico", expresa Manel Rives, docente especializado en tecnología (Apple Specialist) y en proyectos colaborativos. ¿Qué soft skills consideráis que son más importantes para el empleador?, preguntó Manel a los asistentes a su taller de la cuarta edición del Foro Educativo. Los docentes, a través de sus dispositivos móviles, colocaron las soft skills en orden de importancia, según sus criterios. Sabemos que lo que se necesita en estos momentos es desarrollar la creatividad, el pensamiento crítico, gestión de emociones, resolución de problemas y para ello es indispensable incluir las disciplinas humanísticas: artes, diseño, capacidad de comunicación, filosofía? explica el profesor Rives. Y es aquí en donde entran en escena las soft skills. Las habilidades sociales, tipo liderazgo, empatía, comunicación o trabajo en equipo. Porque son habilidades que van a necesitar no solo en su día a día, sino también en el mundo laboral, cambiante y que exige flexibilidad.

Y puso varios ejemplos el docente en su taller titulado: "STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) y Soft Skills. Más que términos en Educación es el foco desde el que iluminar el aprendizaje". Algunos relacionados con estrategias para ser más ágil en el mercado laboral, o a la hora de mostrar una idea de un producto o proyecto. Incluso de realizar una exposición o resumen de uno mismo. Como el ejercicio del Elevator Pitch: "tienes lo que tardo en llegar a la tercera planta en el ascensor para convencerme de tu idea", describió Rives. Claro, es una técnica muy conocida en el mundo emprendedor y empresarial. Requiere ser breve, ser conciso y ser capaz de persuadir a alguien en muy poco tiempo. "Es resumir lo más importante que tengo que decir en muy poco tiempo. Y hay que posicionar también el mensaje, en función de lo que pretenda vender; si se trata de un proyecto o de mi persona. Cuando se trata de resumir algo tipo ideas, por ejemplo, es más fácil. Me refiero a un tema cualquiera. Pero cuando se trata de hablar de nosotros, y entra en juego la cuestión emocional, describir en poco tiempo lo que somos no es tan fácil. Y si no hagamos la prueba", añadió Rives. Otra de las pruebas para aprender a resumir y a ser concisos: tienes que contarle tu vida a otra persona en dos minutos. Después en uno. Después en 30 segundos. Y así practicaron resumir ideas, una habilidad que normalmente no se trabaja en clase y que, sin duda, según Rives, será valiosa para el alumnado actual.

Rives también puso ejemplos sobre pensamiento creativo y pensamiento crítico. Asegura el docente que la situación actual no invita al movimiento, a salir de la zona de confort de la asignatura o especialidad. "O sí", admite. Eso es algo muy común en la empresa pero no en otros contextos como puede ser el educativo. "Aprovechar los tiempos de crisis e incertidumbre para cambiar cosas e innovar", expresa Rives.