El responsable de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), David Freire Moar, tiene cuatro décadas de profesión a sus espaldas. Trabaja como intensivista en el centro de As Xubias desde 1988, y reconoce que la primera ola de la pandemia de Covid-19 fue la etapa más dura de toda su trayectoria. Recuerda que el coronavirus SARS-CoV-2 "ha venido para quedarse" y que, por tanto, la contención inicial "fue fruto de las medidas de confinamiento". "Como parecía esperable, al relajarse estas medidas vuelve a haber brotes. No obstante, pienso que no es necesario confinarnos como en la primera ola. La vida tiene que seguir, tenemos que trabajar, pero sí es fundamental cumplir las medidas de protección defendidas por los expertos: distancia de seguridad, aforos limitados y, sobre todo, uso de mascarilla y lavado frecuente de manos., así como localizar y aislar a las personas infectadas para evitar la transmisión continua del virus", destaca el doctor Freire, quien considera que, en el momento actual, "el origen de los casos está más en las reuniones de amigos, familiares, fiestas, etc... y en personas jóvenes a las que les cuesta aceptar las restricciones aconsejadas".

Sobre la situación actual del servicio hospitalario que dirige, el responsable de la UCI del Chuac apunta: "En nuestra unidad asumimos que, de manera regular, tendremos pacientes con Covid-19; el número dependerá de la incidencia de la enfermedad. Desde que empezó este segundo brote, en el mes de agosto, la presión asistencial fue aumentando de manera progresiva, con un máximo de 9 enfermos con Covid-19 en la UCI. Ahora parece estabilizarse en 6-7 pacientes", señala David Freire, quien detalla que las medidas puestas en marcha en la unidad de cuidados intensivos del complejo hospitalario coruñés para hacer frente a esta segunda embestida de la dolencia causada por el SARS-CoV-2 son "similares" a las de la primera ola. "Disponemos de una UCI bien equipada, dedicada únicamente a pacientes con Covid-19 y con personal específico para esos enfermos", refiere.

Cuando los pacientes con Covid-19 llegan a la UCI, son conectados a una máquina de ventilación asistida y ahí empieza el proceso. Un proceso, en general, largo, ya que la estancia media de estos enfermos en cuidados intensivos dura hasta cinco o seis veces más de lo habitual. "El perfil mayoritario de los pacientes con Covid-19 que han pasado por nuestra unidad desde el inicio de los rebrotes es similar al de la primera ola. Se trata, sobre todo, de personas mayores y con factores de riesgo ya conocidos, como hipertensión, diabetes o inmunosupresión, entre otros", indica el doctor Freire.

El responsable de la UCI del Chuac considera que las medidas puestas en marcha en Galicia para contener la pandemia "están funcionando", y se muestra expectante ante la situación que atraviesa Madrid. "Las restricciones dictadas allí probablemente también acabarán funcionando. En cualquier caso, confío en que su situación no se traslade a nuestra comunidad", señala David Freire, quien subraya el hecho de que, en la actualidad, el conocimiento sobre el SARS-CoV-2 y la Covid-19 sea mucho mayor. "Conocemos la enfermedad y tenemos más experiencia en cuidar a estos pacientes. Sabemos que la Covid-19 puede ser muy grave, incluso mortal, pero ya no nos coge por sorpresa. Y también somos conscientes de que, en este momento, no hay ningún fármaco con una eficacia probada; así evitamos recurrir a medicamentos que podrían tener efectos secundarios", explica este intensivista, confiado en que, siguiendo las recomendaciones, sea posible "controlar la enfermedad". "No al cien por cien, pero sí hacerla manejable para el sistema sanitario", concluye.