Tras casi seis meses cerrados por la pandemia -apenas pudieron abrir unos días en agosto cuando los rebrotes les obligaron a parar de nuevo la actividad-, los tres centros de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco) recuperan hoy la actividad presencial, pero adaptados a las nuevas necesidades de sus usuarios, cuyo estado físico, cognitivo y emocional se ha visto deteriorado por estos meses sin asistencia a sus terapias. Además el aumento de la demanda de pacientes que requieren sus servicios les ha obligado a reorganizar sus instalaciones para pasar de uno a dos centros de día y mantener un tercero como espacio terapéutico. "Tras estos meses ha aumentado el número de familias que solicita plaza en los centros de día al tener problemas para conciliar trabajo y cuidado. La demanda supera a las plazas que hay y tenemos a gente en lista de espera", explica la responsable técnica de Afaco, Elena Viqueira.

La entidad ha tenido que readaptar sus instalaciones a la nueva realidad de sus usuarios. De este modo, si hasta el estado de alarma Afaco contaba con un único centro de día (en el Barrio de las Flores) y dos terapéuticos, en San Diego y Salvador de Madariaga, a partir de ahora este último se reconvertirá también en centro de día. Las dos instalaciones están preparadas para atender a 40 usuarios cada una -puede ser jornada completa o media- pero debido a las restricciones de aforo por la pandemia, de momento solo podrán contar con 20 personas por turno. Viqueira reconoce que en el aumento de solicitudes de plaza (muchas de ellas son para usuarios nuevos) ha influido "los problemas de conciliación" que tienen las familias, pero también "cómo se han visto afectados muchos pacientes durante estos seis meses" tanto por el confinamiento inicial como por la imposibilidad de acudir a las terapias y a las sesiones de rehabilitación necesarias en los siguientes meses.

"Si a todos nos han afectado estos seis meses más a personas con demencia que no tienen a veces capacidad para comprender lo que ocurre", indica Viqueira, quien resalta que los pacientes han sufrido deterioro "a nivel físico, cognitivo y emocional". Profesionales de Afaco han realizado un seguimiento semanal por teléfono de estos pacientes y son conscientes de que muchos han sufrido un retroceso. "Los fisioterapeutas nos comentan que muchos han perdido movilidad y que tras el confinamiento, por ejemplo, fueron habituales las caídas", indica Viqueira, quien explica que a nivel cognitivo "se nota también la falta de estimulación" que no es la misma la que puedan recibir en casa que en el centro.

Por todo ello, Afaco evaluará a todos sus usuarios en esta nueva etapa para ver cómo ha cambiado su situación y poder reorientar su asistencia. "Cada uno tiene un plan de intervención personalizado y se actualizará. Es algo que hacemos semestralmente y que ahora, tras unos días de adaptación, volveremos a hacer", indica Viqueira.

Desde Afaco reconocen que no pueden asumir "toda la demanda de programas de estimulación" y por ello están en contacto con administraciones y entidades para buscar nuevos espacios "en los que poder dar servicio a aquellas personas que lo precisen". En este sentido recuerdan que para recibir información o asesoramiento hay que contactar con la entidad y pedir cita previa. En esta nueva etapa, los retos, dicen, son los de siempre: "Ofrecer servicios y tratamientos no farmacológicos que mejoren la calidad de vida de los pacientes".