Semanas con restricciones progresivas hasta la prohibición, desde la madrugada del sábado, de todo tipo de reuniones de personas no convivientes no bastan por ahora para que la evolución de la pandemia se frene en la ciudad de Ourense. La capital de As Burgas se encuentra "al borde del confinamiento", según manifestó ayer el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, todavía ve "lejos" las cifras de la capital de las que el Gobierno marca para el aislamiento perimetral. Ayer eran 459 los casos activos en el municipio de un total de 946 en todo el territorio ourensano, el 24% de los 4.038 que hay en el conjunto de la comunidad. El área sanitaria de la provincia es, de nuevo, la única en la que aumentan los casos activos (+55) y la que más contabiliza en este momento de toda Galicia. Según el balance del Sergas de ayer, Ourense presenta el mayor incremento de contagios en un solo día (+97) de esta segunda ola de la pandemia, que ayer se sumó dos nuevas víctimas en esa provincia. En el mismo periodo se produjeron 42 altas.

Duplica el total de contagios en seguimiento de la provincia de Lugo (493), pese a que la población de ambos territorios es similar, e incluso superior en territorio lucense.

La ciudad ourensana, con cuatro zonas que superan el índice de "alto riesgo de transmisión descontrolada" -el Gobierno de España fija este umbral en 250 casos por 100.000 habitantes-, sigue registrando "un crecimiento exponencial". "La situación es terriblemente preocupante", subraya el regidor de la capital. Jácome hace un llamamiento a los vecinos para que cumplan las medidas sanitarias y las restricciones de la Xunta, e incluso que vayan más allá.