La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente el 10% de la población mundial puede haber sido infectada por coronavirus, un porcentaje mucho mayor de los 35 millones que habrían sido reportados hasta el momento. La Universidad Johns Hopkins informaba ayer de que las personas contagiadas por Covid-19 ha superado ya esta barrera de 35 millones, con Estados Unidos a la cabeza con más de 7,4 millones de casos. La OMS, sin embargo, dispara el número de infectados hasta los 78 millones de personas, pues la población mundial es de 7.800 millones de habitantes.

"Estimamos que aproximadamente el 10% de la población mundial puede haber sido infectada por este virus", señaló ayer el jefe de operaciones de emergencia de la OMS, Mike Ryan, a la junta ejecutiva de la agencia de la ONU en Ginebra, donde se celebró una reunión especial sobre las actividades de la Organización Mundial desde enero de 2020 en respuesta a la pandemia.

Ryan advirtió de que "la pandemia seguirá evolucionando", pero ahora "también sabemos que tenemos las herramientas que funcionan para suprimir la transmisión y salvar vidas".

A su juicio, el futuro depende de las acciones colectivas. "Todos nuestros esfuerzos colectivos durante los últimos nueve meses y el conocimiento que hemos adquirido sobre este virus muestran que colectivamente estamos en una posición mucho más fuerte ahora para lograrlos", remarcó.

Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lamentó las pérdidas por este virus que suman ya más de un millón de víctimas. "Los números pueden cegarnos a la realidad de que cada vida perdida es de alguien que amó y fue amado por otros: la madre, el padre, la hermana de alguien, el hermano, la hija o el hijo de alguien. Ellos son la razón por la que estamos aquí", señaló.

"Aunque todos los países se han visto afectados por la Covid- 19, debemos recordar que esta es una pandemia desigual. Diez países representan el 70% de todos los casos y muertes reportados, y solo tres países representan la mitad", expuso, al tiempo que destacó la necesidad de que en todos los países se establezca un liderazgo fuerte, estrategias claras e integrales y comunicación constante para conseguir una población comprometida, empoderada y preparada.

La Organización Mundial de la Salud difundió ayer el resultado de una evaluación en 130 países sobre los efectos del Covid-19 en el acceso a los servicios de salud mental y confirma que las consecuencias han sido graves.

La interrupción de los servicios de salud mental en el 93 % de países del mundo puede costarles "muy caro", aseguran los expertos, porque la pandemia ha multiplicado las necesidades en este campo y los desordenes mentales tienen un impacto muy negativo en la productividad de las economías.

Los encierros obligados y el consecuente aislamiento, el miedo que el coronavirus ha generado en la población, en particular entre los grupos de mayor riesgo, la muerte de un ser querido y la pérdida de ingresos son situaciones que han agravado la carga emocional de la pandemia.

La evaluación de la OMS revela que en el 60% de países se interrumpió la atención en el área de salud mental para la gente más vulnerable, incluyendo niños, adolescentes, mayores y mujeres embarazadas o en periodo posparto. En un mayor porcentaje (67%) hubo una parálisis en los servicios de terapia y psicoterapia, y en el 65% dejaron de funcionar los programas para el tratamiento de la dependencia de los opiáceos, por ejemplo.

Para paliar esta situación, muchos países optaron por la telemedicina y la teleterapia también en los servicios de salud mental, pero esta medida ha sido más amplia en los países desarrollados (ocho de cada diez), mientras que apenas la mitad de países de bajos ingresos ha conseguido hacerlo.

Más de un tercio de los estados consultados (el 35%) informó de interrupciones en las intervenciones de emergencia, incluidas aquellas para personas que experimentan convulsiones prolongadas; síndromes severos de abstinencia por uso de sustancias; y delirio, a menudo un signo de una afección médica subyacente grave. Asimismo, el 30% informó de interrupciones en el acceso a medicamentos para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias; y alrededor de tres cuartas partes informaron al menos de suspensiones parciales de los servicios de salud mental en la escuela y el lugar de trabajo (78% y 75% respectivamente.

La OMS insta a destinar recursos a este área. "Gastar el 2% de los presupuestos nacionales de salud en salude mental no es suficiente", advierte.