Unos dos millones de españoles sufren algún tipo de discapacidad física o motriz, pero todavía son muy pocas las firmas textiles que diseñan o comercializan prendas que se adapten a las necesidades de ese colectivo y que, al mismo tiempo, les permitan ir a la moda. Porque un velcro aquí, una cremallera allá o un patrón adaptado pueden cambiar muchas cosas. La coruñesa Gisela Galeiras Cao, usuaria de la Asociación de personas con Parálisis Cerebral (Aspace) de A Coruña, lo sabe bien. Firme defensora de que el estilo no tiene por qué estar reñido con la comodidad, lleva un par de años al frente de un blog -tendenciasinclusivasgise.blogspot.com- en el que reivindica la moda inclusiva y asequible.

"Ahora empieza a haber alguna ropa adaptada para las personas en silla de ruedas, pero se avanza muy lentamente en este sentido. Por eso decidí poner en marcha el blog, para pedir a las marcas de ropa que nos tengan en cuenta a la hora de diseñar sus prendas, porque también tenemos derecho a vernos bien y a ir a la moda", subraya, con una enorme sonrisa. Su mejor complemento.

Gisela tiene 32 años y, como a muchas jóvenes de su edad, le apasiona la ropa. Tanto es así, que en el blog y en sus perfiles de las redes sociales -Facebook, Instagram y, recientemente, también Twitter- se define a sí misma como una "fashion victim" e "influencer en sillas de ruedas". Piensa que la moda es una forma de expresión y que, según lo que se ponga, puede decir mucho sobre sí misma y sobre cómo se siente. Desde que empezó a elegir su propia ropa, ha estado buscando su estilo y su huella personal en cada una de las prendas que luce. "Mi armario está lleno de vestidos y de faldas, son mis prendas favoritas. También me encantan los bolsos y los complementos para el pelo. Casi todos, en colores muy vivos", comenta.

Hace años que Gisela colabora en la revista cuatrimestral de Aspace A Coruña, A nuestro rollo, escribiendo, precisamente, sobre moda. Y esa colaboración es el germen de su blog, que echó a andar en septiembre de 2018. "Llevaba tiempo escribiendo sobre moda en la revista de Aspace, y en principio no me había planteado nada más. Pero un día los compañeros me propusieron que hiciese algo propio. Y ahí fue cuando me lancé al mundo de internet. Empecé con el blog, pero ahora también hago bastante campaña en las redes sociales. Al principio Instagram no me gustaba mucho, porque solo puedo subir fotografías, y a mí me encanta interactuar con mis seguidores. Pero cada vez recurro más a esta red porque, hoy en día, es la que más utiliza la gente", señala.

Aunque Gisela reconoce que los blogs de moda no son ninguna novedad, asegura que dirigidos a personas en silla de ruedas "casi no había", por eso espera que a otras personas en su misma situación, su iniciativa "les pueda parecer interesante". "Y, sobre todo, que les llegue el mensaje que quiero transmitir", destaca. Sus publicaciones son muy variadas. "A veces me hago fotos con el look que llevo ese día y le pregunto a mis seguidores qué les parece. Otras veces subo artículos que encuentro en internet sobre moda inclusiva que me parecen interesantes. Mi objetivo principal es generar debate. Que la gente hable sobre este tema y, sobre todo, reivindicar que la moda tiene que ser para todos. Que las firmas piensen un poco más en las personas que estamos en silla de ruedas a la hora de realizar su diseños", reitera.

Y es que algo tan básico como recuperar la autonomía a la hora de vestirse importa, y mucho. Y puede conseguirse gracias a detalles tan simples como, por ejemplo, cambiar un par de botones por una goma o un velcro. "Cuando te pasas el día sentada en una silla de ruedas, los botones se te clavan en la barriga, y hacen mucho daño", apunta Gisela, quien admite que los pantalones son las prendas "más problemáticas" para las personas con movilidad reducida, aunque "hay más". "Algunos vestidos traen forro entero. Y el forro entero, cuando te sientas, te tira y es muy incómodo", detalla.

La ropa inclusiva, continúa, ha de ser "flexible, y preferiblemente con costuras planas o directamente sin ellas", ya que pueden provocar úlceras en las zonas del cuerpo que están sometidas a mucha presión. No obstante, reniega del chándal. "Parece que las personas que necesitamos silla de ruedas solo podemos vestir en chándal. Hasta hace bien poco, de hecho, solo teníamos esa opción. Ropa cómoda de quitar y poner, pero sin ninguna gracia. Yo de pequeña abusé tanto de ese tipo de prendas que ahora no las quiero ni ver delante", reconoce.

Los zapatos también pueden ser otro problema. "Muchas personas en silla de ruedas necesitamos zapatos más anchos, y en general no hay mucho donde elegir. Por eso, a veces tenemos que comprarlos en ortopedias, ¡y son feos de caray!", recalca Gisela, quien lamenta, además, que la mayoría de la ropa adaptada que se comercializa en la actualidad -sobre todo, a través de internet- sea "carísima". "Necesitamos prendas que sean accesibles, pero también asequibles", concluye.