Portugal aumentó la pasada medianoche el nivel de alerta en todo su territorio con la entrada en vigor el estado de calamidad, que, entre otras restricciones, limita a un máximo de cinco personas las reuniones en la calle, en restaurantes y en espacios comerciales.

La medida fue anunciada por el primer ministro, António Costa, al término de una reunión del consejo de ministros para atajar la escalada de coronavirus que vive el país, que suma seis días consecutivos con más de 1.000 casos diarios (ayer superó por primera vez la barrera de los 2.000). Costa calificó la evolución de la pandemia de "grave" y apeló a la responsabilidad individual antes de anunciar las decisiones de su gabinete, que estarán en vigor al menos durante 15 días.

Al pasar del actual estado de contingencia al de calamidad se agravarán las restricciones de reunión, que pasarán a tener un máximo de cinco personas en la vía pública, "entendiéndose que se aplica a otros espacios de uso público de naturaleza comercial o restauración". Hasta ahora se permitían reuniones de 10 personas, que quedaban reducidas a cuatro en el caso de centros comerciales o cafeterías y restaurantes a menos de 300 metros de centros educativos.

Costa volvió a recomendar "vivamente" el uso de mascarilla en la vía pública, una medida que actualmente no es obligatoria, pero que se tramitará en el Parlamento para que lo sea a la mayor brevedad posible.