El Congreso refrendó el jueves el real decreto de medidas urgentes para la enseñanza no universitaria, que abre la mano a no limitar los suspensos para promocionar y la ministra de Educación insistió en defender la repetición como una medida "excepcional", como ocurrió a finales del pasado curso a consecuencia del confinamiento por la pandemia. No obstante, la Consellería de Educación no ve la propuesta "adecuada" para este curso y pondrá restricciones a lo que denomina "decreto del aprobado general" a través de unas instrucciones propias que desarrollarán la norma que elaborará, dice, junto a docentes e inspección, y con las que pretende "corregir" en Galicia las "debilidades" del real decreto para "preservar la calidad y equidad" del sistema educativo en la comunidad y la "cultura del esfuerzo".

El Gobierno central defiende que con la normativa posibilita a las comunidades autorizar modificar los criterios de evaluación previstos para valorar "especialmente" los aprendizajes "más relevantes e imprescindibles para la continuidad del proceso educativo" del alumno. En este contexto es donde Celaá anima a ver la repetición como una medida excepcional que el equipo docente adoptará en función de la evolución académica global del estudiante.

No obstante, para la Xunta el contexto en el que se está desarrollando ahora el curso actual no es el mismo que el que obligó a tomar estas medidas el pasado y lo que ve "adecuado" es "aplicar unos criterios más próximos a la labor educativa habitual". Este curso, argumenta, disposiciones que se establecieron para el encierro y la suspensión de clases presenciales, por ejemplo que un alumno pueda promocionar de curso sin que se le tenga en cuenta el número de suspensos, no tienen "sentido". Sobre todo, aduce la Xunta, porque en Galicia se aplica en "general" y excepto casos "muy puntuales, la presencialidad completa en la enseñanza obligatoria".

De ahí que la Xunta avance que, "dentro de la legalidad y de las posibilidades de esta norma", en alusión al real decreto, trabaje en una propia para buscar "preservar la calidad y equidad del sistema educativo gallego". Porque, a juicio del conselleiro Román Rodríguez una normativa "que permite que un alumno pueda promocionar de curso sin que se tengan en cuenta el número de suspensos, rompe con la función del sistema educativo como generador de igualdad de oportunidades y merma su calidad".

El conselleiro, que envió en su momento una queja formal a la ministra por la toma unilateral de la decisión sin consultarla con las autonomías, enfatiza que "el decreto del aprobado general" genera "preocupación e incertidumbre en las familias y en una parte significativa de la comunidad educativa que percibe que su aplicación puede repercutir en una reducción de calidad y equidad del sistema". En su queja alega en que la medida "desprestigia la propia educación y el trabajo de docentes y familias, va en contra de la cultura del esfuerzo y es profundamente equitativo", además de producir un "riesgo de crear desigualdades" en función de donde se viva, generando "inseguridad jurídica y confusión normativa".