"Me fui de vacaciones pensando que mi perro, Poty, quedaba en un sitio seguro y me lo devolvieron muerto". A raíz de estos hechos, sucedidos en abril de 2019, una vecina de la urbe decidió interponer una demanda al considerar que lo sucedido con su mascota se trataba de una negligencia. Y la Justicia le da la razón. El Juzgado de Primer Instancia e Instrucción 1 de Ponteareas condenó a las dos personas encargadas de gestionar la guardería canina al pago de 2.500 a la dueña del animal por su muerte.

Según se recoge en el fallo, que ya es firme tras abonar la cuantía fijada, el yorkshire fue atacado por otro perro, cuyas mordeduras causaron su muerte. Al parecer, una de las responsables del centro cargaba a Poty cuando recibió el ataque del otro cánido. "No es discutido que la actora encargó a las demandadas, como profesionales de un negocio de guardería canina, el cuidado de un animal", explica el juez, quien prosigue aludiendo que las demandadas no solo asumían el cuidado del perro entregado por esta gallega sino también "simultáneamente el de otros perros [...] lo que les obliga a adoptar todas las cautelas necesarias para evitar enfrentamientos entre los mismos". Por todo ello, y a raíz de las manifestaciones de ambas partes, entiende el juzgado que "las cautelas no fueron suficientes".