Los contagios están desbocados y para hacerles frente España cuenta con una propuesta de toque de queda atascada y un plan de alertas que 24 horas después de ser aprobado, la Comunidad de Madrid se ha saltado a la torera. Ante este panorama, cada vez son más las autonomías que reclaman al Gobierno central que tome las riendas con la declaración de un estado de alarma en toda España y la Moncloa ya ultima la convocatoria de un Consejo de Ministros este fin de semana, casi con toda seguridad mañana, para aprobarlo. Los apoyos del Congreso ya los tiene, después de que en una iniciativa inédita el lendakari Íñigo Urkullu se haya puesto a la cabeza de la manifestación junto a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Ambos dirigentes se les han ido sumando a lo largo de la tarde los presidentes de Asturias, Melilla, Extremadura, La Rioja, Navarra y Cantabria, además del Govern de Cataluña. La Comunidad Valenciana y Castilla y León ya se expresaron con suficiente claridad la víspera al reclamar un paraguas jurídico para su toque de queda, que de todos modos han decidido implantar. Castilla-La Mancha demandará hoy la declaración de un estado de alarma nacional. Capítulo aparte merece Madrid. Lanzó la iniciativa del toque de queda, ha aplicado un sucedáneo descafeinado y ahora sostiene que si el Gobierno declara la alarma no les parecerá mal, pero no lo ha pedido.

La espoleta la colocó Pedro Sánchez, con una declaración institucional a la una de la tarde en la que calificó de "grave" la situación, tan grave que elevó a tres millones los infectados en España, cuando las estadísticas oficiales apuntaban poco más de un millón de contagiados.

"Los estudios de seroprevalencia que han hecho las instituciones públicas con expertos científicos indican que el número real de personas que han estado infectadas supera los tres millones de compatriotas", desveló. Pedro Sánchez avisó de que nos esperan "semanas y meses duros, muy duros", pero no avanzó una sola medida contundente. Solo dejó la puerta abierta a declarar la alarma si las comunidades lo piden. "Urkullu le ha llamado por teléfono y a otros presidentes autonómicos porque ha visto que había que hacer algo y tirar del resto", indicaron fuentes del Ejecutivo vasco. Al dirigente nacionalista los tribunales le acababan de tumbar la limitación de reuniones a seis personas.

Sánchez se fijó el ambicioso objetivo de bajar la tasa actual de incidencia de 370 casos por 100.000 habitantes a 25. Un objetivo imposible de alcanzar sin medidas más drásticas. España superó ese nivel de contagios en la lejana fecha del 27 de julio.

Al margen de pedir "disciplina social" y apelar a responsabilidad de población, el presidente del Gobierno volvió a contar como funcionará el nuevo semáforo aprobado por el Consejo Interterritorial del jueves. A cada nivel de alerta le corresponden unas restricciones, pero la decisión última queda en manos de las comunidades autónomas. Entre líneas, Sánchez deslizó una advertencia: si no hacemos lo suficiente los ciudadanos, las administraciones y los partidos, podemos vernos abocados a un nuevo confinamiento total. Fuentes cercanas al líder socialista indicaron que este no quiere pasar por el calvario de junio, cuando la falta de apoyos le obligó a acelerar la desescalada. El presidente aspira a contar con el apoyo del PP, que insiste en que no es necesario el estado de alarma porque bastaría con desplegar una nueva ley de salud pública, aunque ya no haya tiempo para ello.

El Consejo de Ministros se prevé para mañana, según indicaron fuentes de la Moncloa, dado que Sánchez se encuentra hoy en Roma: junto a su mujer, será recibido en audiencia por el papa Francisco en el Vaticano. El jefe del Ejecutivo se encontrará después con el secretario de Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher. Sin embargo, fuentes del Gobierno indican que estará de regreso a mediodía. El lunes, Sánchez presidirá una nueva conferencia de presidentes a la que asistirá, telemáticamente, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Los votos del PP ya no son necesarios numéricamente. El Ejecutivo ya tiene los apoyos del PNV y Ciudadanos, que apoyaron las seis prórrogas de la primera alarma, y ahora se podrían sumar los de ERC y JxCat. El Govern se reunió ayer de forma extraordinaria para solicitar al Ejecutivo central la declaración del estado de alarma en Cataluña y que el mando único recaiga en la Generalitat. Sánchez no se ha opuesto a que, igual que ocurrió al final de la desescalada, sean los mandatarios autonómicos los que asuman el control.

Inés Arrimadas fue la primera en llamar a Sánchez por la mañana para ofrecerle su apoyo y reclamarle que adopte medidas contundentes para tomar el control de la pandemia. "Basta ya. Queremos que el Gobierno tome el control. Que asuma su responsabilidad y no se lave las manos. He pedido a Sánchez que decrete si es necesario el estado de alarma para tomar medidas contundentes que eviten un segundo confinamiento", aseguró.

Urkullu, horas después, recalcó que serán las autonomías las que asuman el mando y la gestión de la nueva situación y que, por lo tanto, tendrán la competencia para aprobar medidas restrictivas en coordinación con la Moncloa. De hecho, así lo dejó claro el Gobierno de España cuando abrió esa posibilidad a las autonomías. "Hay presidentes de otras autonomías que también están dispuestos" a reclamar el estado de alarma, destacó el lendakari sin citar nombres. Luego se vio el movimiento de cascada de varios de ellos.

Madrid es un caso distinto, como (casi) siempre. Isabel Díaz Ayuso aplicará un falso toque de queda nocturno. Se impedirá solo que estén en las calles y en las casas los no convivientes, pero se podrá salir sin ningún problema. El consejero de Sanidad de Ayuso, Enrique Ruiz Escudero, lo llamó "restricción de actividad", pero se mostró dispuesto a adoptar el toque de queda real si el Gobierno lo decide así. ¿Con estado de alarma? No, eso nunca. Pero la cobertura jurídica necesaria para limitar la circulación de movimientos es la alarma, el artículo 116 de la Constitución, como ha reivindicado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, toda esta semana.

Para el resto del día, Madrid ha alargado la actividad de los restaurantes y bares de las 23.00 a las 24.00 horas y ha limitado la restricciones de movilidad a las 32 zonas sanitarias que sobrepasan la incidencia de 500, cuando el plan de alertas fija el momento de actuar cuando se sobrepasan los 250.