El 70% de la población de Portugal se encuentra desde ayer bajo el "deber cívico" de permanencia domiciliaria para controlar la expansión del Covid, una medida que afecta a 121 comarcas, entre las que se encuentran las ciudades de Lisboa y Oporto. En todos estos territorios las personas sólo deben salir de casa para actividades esenciales como trabajar, estudiar, hacer compras o ayudar a personas dependientes, aunque no se contempla un régimen sancionador. Las escuelas, tiendas y restaurantes permanecen abiertos.