La Xunta quiere "resetear el sistema" y doblegar la curva de contagios tras lo que considera "un repunte peligroso" de casos. Para ello ha decidido endurecer aún más las restricciones en toda Galicia pero sobre todo en los 60 concellos con mayor incidencia del virus y en los que vive el 60% de la población de Galicia. A partir de las 00.00 del sábado 7 de noviembre y durante un mes estos municipios quedarán cerrados y solo se permitirán reuniones de convivientes (son 37 más a los que se les impusieron estas limitaciones el pasado viernes). Además, en estos concellos se cierra la hostelería y la restauración, aunque se mantiene el comercio tal y como estaba con un límite de aforo del 50%. Como contrapartida, a excepción de estos 60 municipios, en el resto de Galicia se eleva de cinco a seis el número máximo de personas que pueden participar en una reunión.

Tras una reunión "maratoniana" del comité clínico del Sergas que empezó el martes por la tarde y se prolongó hasta ayer a mediodía, Galicia ha decidido endurecer las restricciones en los concellos con más incidencia del virus. Se trata de las siete grandes ciudades y varios concellos de su área de influencia. Se suman también otros 17 municipios con una tasa de incidencia acumulada a 14 días superior a los 200 casos por 100.000 habitantes. El objetivo es poder doblegar la curva con el fin de evitar un nuevo confinamiento domiciliario y "salvar la campaña de Navidad" en comercios y hostelería, según reconocía ayer el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Galicia es una de las comunidades "con mejor comportamiento epidemiológico", reconocía Feijóo, que advertía no obstante que eso no debe ser "un consuelo". Los indicadores "están empeorando", resaltó. En los últimos quince días los contagios se incrementaron un 111%, la tasa de incidencia por 100.000 habitantes en las dos últimas semanas se disparó un 150%. Por esa razón, el jefe del Ejecutivo gallego justifica en endurecimiento de las restricciones, aunque sean "dolorosas". "Cuánto más se tarde en actuar más difícil será la contención y más profunda la afectación económica", argumentó. Feijóo pidió "comprensión" consciente de que "hablar de restricciones es desmoralizador y traumático para las familias que sufren las consecuencias de esas limitaciones".

Con las nuevas medidas la Xunta pretende rebajar la presión sobre el sistema sanitario, evitar el confinamiento domiciliario y "salvar la campaña de Navidad". "Si actuamos ahora con contundencia podemos salvarla, aunque no está garantizado, vamos a intentarlo", explicó el presidente de la Xunta. Feijóo, consciente del varapalo al sector de la hostelería, quiso aclarar que estos establecimientos no son los responsables de la transmisión del virus. "Son las víctimas", añadió. Y pidió responsabilidad: "De nada sirve el cierre de un establecimiento si hay una fiesta en el piso de arriba".

Llegar a las Navidades con la curva de contagios al alza podría ser calamitoso para el sector hostelero y los comercios pero también tendría un fuerte impacto en las familias que podrían verse afectadas por limitaciones en las reuniones navideñas. En Alemania la canciller Angela Merkel ya advirtió que este año las reuniones familiares en Navidad tendrán que ser más pequeñas. El presidente de la Xunta espera que con el endurecimiento de las medidas se pueda salvar no solo la actividad económica sino también "las relaciones sociales".

Aunque las restricciones durarán "como regla general" un mes, el jefe del Ejecutivo gallego explicó que "excepcionalmente" podría revisarse la situación si hay una mejoría evidente en los datos. Y, aunque señaló que pretende evitar el confinamiento domiciliario, advierte que no descarta ninguna medida. También avanzó que la Xunta está elaborando un texto que fije los criterios por los cuales se podrá acudir a visitar a un padre o una madre que vivan solos y que sirva de orientación para las fuerzas de seguridad para que no tengan dudas cuando controlen la movilidad de los ciudadanos.

La portavoz del BNG, Ana Pontón, consideró que estas medidas es "un primer paso pero insuficiente". En su opinión, son necesarias "más drásticas" hasta llegar al confinamiento domiciliario. El secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, cree que la Xunta está obrando con "improvisación" en su gestión de la segunda ola de la pandemia.