La vacuna contra el Covid-19 cada vez está más cerca. La compañía farmacéutica estadounidense Pfizer anunció el lunes que el antídoto que desarrolla junto con la empresa alemana BionTech ha demostrado una eficacia del 90% en pacientes que no han estado expuestos al virus. Unos resultados que se obtuvieron tras el primer análisis intermedio de su ensayo clínico, que se encuentra en fase tres. Las previsiones apuntan a que llegará a España entre finales de este año y principios del próximo. "Cuando una empresa desvela una información de estas características es porque tiene sus datos muy bien estructurados. Hay gente que siente mucho temor a recibir la vacuna, pero es evidente que el peor efecto secundario que puede provocar cuando salga al mercado es no administrarla", indica el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas.

No obstante, el experto enfatizó que sería importante conocer si ese 90% de eficacia se extrapola a todos los grupos etarios (de todas las edades), así como la duración de la respuesta protectora. Si bien es cierto que admitió que esta última duda no se va a poder despejar fácilmente. "De momento, creo que esto no se averiguará en ninguna de las vacunas que actúen contra el Covid-19 por el comportamiento tan impredecible que tiene el virus", valoró.

Lo cierto es que sus expectativas en el medicamento son muy positivas, teniendo en cuenta que la eficacia ha sido muy superior a la esperada, pero aún queda camino por recorrer. "Debemos ser prudentes. Sin embargo, no hay que omitir que se trata de una gran noticia y esta vacuna, que será la primera en llegar a la población, nos está ofertando un horizonte muy diferente en relación a la evolución de la pandemia", apostilló el epidemiólogo.

Por lo que concierne a su administración, García señaló que lo ideal es que se aplicara en una sola dosis. "No se trata de que sea un aspecto positivo o negativo. En realidad, es algo necesario para disminuir los actos vacunales. De hecho, los perfiles de protección se lo exigirán a todas las vacunas que vayan apareciendo en el futuro para hacer frente al nuevo coronavirus", adelantó.

Cabe resaltar que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció que el país contará, inicialmente, con 20 millones de unidades, lo que permitirá inmunizar a diez millones de habitantes.

¿Quiénes deberían ser los primeros en acceder a este importante recurso preventivo? El especialista lo tiene muy claro. "Cuando dispongamos de este instrumento, lo que nos interesa es evitar la cara más nefasta que tiene la pandemia: los fallecimientos y los ingresos en las unidades de cuidados intensivos. En este sentido, deben ser las personas de edad avanzadas las primeras en recibirla. El otro grupo prioritario estaría compuesto por los sanitarios, por ser figuras claves en la lucha contra esta pandemia", dice.

A medida que vayan llegando más dosis se podrá definir el resto de grupos poblacionales. Sin embargo, a su juicio, la vacuna contra el SARS-CoV-2 no debería ser declarada obligatoria. "Puede llevar consigo efectos muy negativos", aseguró el facultativo.

Asimismo, el profesional puso de relieve los resultados de la encuesta publicada el pasado mes de octubre por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que tras entrevistar a cerca de 3.000 ciudadanos españoles, desveló que el 43,8% de ellos no estaría dispuesto a vacunarse desde el primer momento en que el antídoto entre en circulación. En base a las palabras del experto, confiar en la vacuna es "cuestión de tiempo" y la sociedad en general mejorará su opinión cuando aprecie los buenos resultados. "Pienso que esta idea se va a transformar por completo y que la adherencia a la vacunación va a ser bastante positiva", argumentó el presidente de la Asociación Española de Vacunología.

Según su criterio, los ensayos de todas las vacunas han sido "transparentes" y todos los accidentes espontáneos han salido a la luz, lo que demuestra que prima la seguridad en todo momento. "Un ejemplo lo ponen la vacuna que desarrolla la Universidad de Oxford y en la que trabaja Johnson & Johnson, que cuando han surgido adversidades, sin tener claro que guardan relación con los productos, han paralizado sus ensayos y una comisión independiente estudia el problema", resaltó ayer este epidemiólogo. Para después agregar que, "los órganos reguladores no permitirían comercializar un recurso que ponga en riesgo la salud".

Consciente de que solo se podrá poner punto y final a la batalla contra el Covid-19 cuando la vacuna haya llegado a una nutrida parte de la población, el epidemiólogo español confiesa que no dudará en ser uno de los primeros en recurrir a ella cuando se pueda inmunizar a la población. "Reúno tres requisitos que me convierten en una persona sensible a recibirla: soy médico, padezco hipertensión y tengo más de 60 años. Por tanto, tengo muy claro que voy a solicitarla", sentenció el experto.