Los expertos en salud pública abogan por evitar las horas de mayor uso del transporte público, escalonar el inicio de las jornadas laborales o recurrir directamente al teletrabajo, aumentar las frecuencias, así como utilizar mascarillas homologadas de modo correcto y mantener una buena higiene de manos.

El peligro de los espacios cerrados

Las investigaciones científicas alertan sobre el riesgo de contagio por medio de partículas emitidas por personas infectadas que se diferencian por su tamaño en gotículas -de 0,3 milímetros a 1 milímetro de grosor- y aerosoles, más pequeñas que el diámetro de un cabello humano.

Las gotículas son proyectadas hasta un metro de distancia, mientras que los aerosoles quedan suspendidos en la atmósfera, donde pueden permanecer horas, lo que los hace especialmente peligrosos en espacios cerrados sin ventilación.

Uno de los últimos estudios que aborda la importancia de los aerosoles en la propagación de la enfermedad es el Informe científico sobre vías de transmisión SARS-CoV-2, elaborado para el Ministerio de Ciencia por un grupo de expertos. El informe está firmado, entre otros autores, por la viróloga del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Margarita del Val, el epidemiólogo de la Universidad de Harvard Miguel Hernán y el investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idae), dependiente del CSIC, Xavier Querol. El grupo redactor de este estudio subraya la "evidencia significativa" existente sobre la transmisión por aerosoles, que señalan como posible "forma de transmisión dominante" frente a la probablemente "sobreestimada" vía de las gotículas.A estas dos formas de contagio se suma la amenaza del contacto de superficies contaminadas.

Reducir el riesgo al máximo

Las discrepancias entre los investigadores constata que falta información sobre cómo se produce la transmisión de la Covid-19.

Asimismo, es difícil determinar el riesgo real de contraer la enfermedad en el transporte público porque no se sabe dónde se han infectado los pacientes que lo usan, dado que se mueven en diferentes ambientes. "Ante tanta incertidumbre lo que debe imperar es el principio de precaución", explica uno de los autores del informe para el Ministerio de Ciencia, Xavier Querol. Eso significa que "hay que tomar medidas para reducir el riesgo al máximo", añade el profesor de Investigación del CSIC.

El "principio de precaución" es también invocado por el portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), Ildefonso Hernández, para asegurar la adopción de medidas básicas "con la máxima minuciosidad posible".

¿Cómo se puede mantener la distancia?

La primera de estas medidas básicas es el mantenimiento de la distancia de un metro y medio con otras personas que evita ser alcanzado por gotículas con carga vírica. Para lograr esa distancia estos expertos piden que las administraciones públicas aumenten las frecuencias de cada línea. Los usuarios pueden a su vez evitar las horas de mayor tráfico de viajeros. Querol propone escalonar los horarios laborales o recurrir directamente al teletrabajo.

También plantea la necesidad de instalar sensores de capacidad en autobuses y vagones e impedir la entrada cuando se rebase el limite que imposibilite mantener un metro y medio de distancia entre personas. Añade que los autobuses y vagones tienen correctos sistemas de ventilación que permiten reducir el riesgo de contagio.

¿Qué mascarillas se deben usar?

El profesor de Investigación del CSIC subraya la importancia de utilizar mascarillas de "material que sea bien filtrante" y correctamente ajustadas, sin dejar pasar el aire por los bordes. Recuerda que hay mascarillas de tela que no cumplen la normativa y que son convenientes las higiénicas -siempre que se sitúen en los parámetros de la Asociación Española de Normalización (UNE)-, las quirúrgicas y las FPP2 y FPP3, pero siempre sin válvulas de exhalación.

Hay que recordar que las higiénicas y las quirúrgicas protegen a los personas próximas a quienes las llevan, mientras que las FPP2 y las FPP3 sin válvulas protegen tanto a los que las utilizan como a quienes se sitúan a su alrededor.

Para cumplir con el principio de máximo cuidado en la adopción de estas medidas, Ildefonso Hernández recomienda el uso de mascarillas FPP2 si el viaje es muy largo, en un trayecto en tren de seis horas, por ejemplo.

Este experto, que también es catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante) y fue director general de Salud del Ministerio de Sanidad de 2008 a 2011, recuerda la necesidad de que el Gobierno abarate el precio de las mascarillas para facilitar su renovación y pide que provea de este elemento de protección a la personas en situación de vulnerabilidad.

Por otra parte, en una entrevista en la emisora catalana RAC1, la investigadora especializada en aerosoles del Idaea-CSIC María Cruz Minguillón aconsejaba el 1 de noviembre que, además de tener puesta la mascarilla, los pasajeros mantuvieran el silencio en el metro. Minguillón también demandaba a las autoridades que así lo señalizaran. A raíz de esta solicitud, el Govern catalán ha decidido pedir silencio a los pasajeros de los trenes de los Ferrocarriles de la Generalitat, algo que también hace Transportes Metropolitanos de Barcelona en metro y autobuses.

Cautela sobre las superficies de contacto

A pesar de los recientes estudios que relativizan la importancia del contagio por el contacto de superficies contaminadas por enfermos de Covid-19, Querol y Hernández vuelven a pedir cautela hasta que esta información esté debidamente contrastada. Para ello su consejo consiste en la aplicación de otra medida básica general: mantener una correcta higiene de manos y evitar tocarse la cara después de haber entrado en contacto con cualquier elemento en el interior de un autobús o un vagón.

Querol recomienda que las administraciones que gestionan el transporte público pongan a disposición de los viajeros dispensadores de gel hidroalcohólico en las paradas y en el interior de los vehículos.