Los cigarrillos matan cada año a unas 60.000 personas en España y, de ellas, entre 1.500 y 3.000 son fumadores pasivos. El tabaco es, alertan los especialistas, "la principal causa de muerte evitable en el mundo", al estar detrás de "más de diez tipos de cáncer", y de múltiples patologías cardiovasculares y respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). La presión social y dos leyes antitabaco han ayudado a reducir su consumo. También la pandemia de Covid ha contribuido a esa cruzada, alejando los pitillos, como mínimo, a dos metros de distancia. Pero los años tragando humo pasan factura. Aunque todo el mundo abandonase hoy la adicción, seguiría muriendo gente por los efectos del tabaquismo. Aún así, una retirada a tiempo es siempre la mejor alternativa. "Después de una década sin dar una sola calada, el riesgo de morir por cáncer de pulmón es la mitad que si se continuase fumando", destacan los expertos.

Coincidiendo con el Día Mundial contra el Cáncer de Pulmón, que se conmemoró ayer, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) hizo público un informe, titulado Espacios sin humo en España: ¿Dónde estamos?, ¿dónde queremos estar?, donde se recoge la opinión de padres (fumadores y no fumadores) con hijos menores sobre el consumo de tabaco y la exposición de los menores, la necesidad de ampliar los espacios libres de humo y la posibilidad de endurecer las leyes actuales. Según ese documento, ocho de cada diez encuestados estaría a favor de ampliar los espacios libres de humos para reducir la exposición de menores a los cigarrillos, responsables del 82% de los casos de cáncer de pulmón y de casi la tercera parte de las muertes por enfermedad oncológica.

"Sabiendo que el tabaco es responsable del 30% de los decesos por cáncer, y teniendo en cuenta que las propias autoridades han puesto en marcha la medida de prohibir fumar en espacios públicos para limitar el contagio de la Covid, no tiene mucho sentido que esta medida ya contemplada como buena para la salud no se mantenga más allá de la pandemia", sostiene la directora de Relaciones Institucionales y Alianzas de la AECC, Ana Fernández Marcos, quien subraya el hecho de que una amplia mayoría de los participantes en el sondeo (80%) "estaría a favor de ampliar los espacios libres de humo contemplados en la actual ley antitabaco, con lo que esta medida tendría un amplio apoyo ciudadano", asegura.

Si España apuesta por la prevención, recalcan desde la AECC, y solo pensando en la "sostenibilidad del sistema", eliminar el consumo de tabaco en nuestro país lograría evitar tres de cada diez casos de cáncer, lo que supondría un ahorro de alrededor de 5.700 millones de euros. No hay que olvidar, recuerdan desde la entidad, que casi la cuarta parte de la población española "fuma a diario u ocasionalmente".

Casi 250 sustancias nocivas

Cada vez que una persona enciende un cigarrillo otra fallece, en cualquier lugar del mundo, a causa de alguna enfermedad estrechamente vinculada con el tabaquismo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un pequeño cilindro con tabaco contiene ingredientes que originan hasta 4.000 sustancias diferentes, de las cuales unas 250 son nocivas, y al menos 69 probadamente carcinógenas, es decir, provocan cáncer. La OMS alerta de que el tabaco está también detrás de patologías cardiovasculares como anginas de pecho, infartos de miocardio y cerebrales, al promover la arteriosclerosis (depósito de sustancias lipídicas en las arterias), la diabetes y subir la tensión arterial.

Ayuda para dejar la adicción

Hace años que los médicos de Atención Primaria y los especialistas de la Unidad de Tabaquismo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) no están solos en su batalla contra los cigarrillos. La Junta Provincial de la AECC en A Coruña desarrolla programas para ayudar a dejar de fumar, "abiertos a cualquier ciudadano decididos a abandonar ese hábito, y gratuitos". A lo largo de este 2020, atendieron a 57 personas, detalla la psicóloga de la Junta coruñesa de la AECC, Rosa Trillo. "En nuestro compromiso con los espacios sin humo y, en concreto, con el fortalecimiento de los centros de trabajo como entornos libres de humo, se han creado dos grupos para de dejar de fumar en empresas", destaca Trillo, quien asegura que el confinamiento de la pasada primavera supuso "una dificultad añadida para los fumadores o para aquellos que se encontraban en el proceso de abandono del tabaco". "Por esa razón, desde la AECC atendimos de forma no presencial a quienes lo solicitaron, ofreciéndoles todas las herramientas online de nuestra asociación, como las vídeo consultas o las consultas telefónicas, la versión online de la Guía para dejar de fumar ( Esfúmate del tabaco) y la aplicación gratuita Respirapp", señala.

Actualmente, "se siguen celebrando sesiones grupales para dejar de fumar, tanto presenciales como a distancia, cumpliendo con todas las medidas de seguridad impuestas por la pandemia de Covid", apunta la psicóloga de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña, quien además avanza que la entidad tiene previsto "ofertar un programa específico de prevención de recaídas tras el período de confinamiento".