"Estamos trabajando en un marco de cómo salir de estas restricciones de modo progresivo". Poco más quiso avanzar ayer el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, sobre el fin de las limitaciones impuestas en buena parte de Galicia hasta el 4 de diciembre para contener el avance del coronavirus, como el cierre de bares y restaurantes, la prohibición de reunirse con no convivientes o de salir del concello de residencia.

La mejoría de los datos de coronavirus no son suficientes y con sus declaraciones el titular de Sanidade deja claro que el 4 de diciembre, cuando se termina el mes inicialmente fijado para las limitaciones, se podrán levantar algunas, pero no todas, y solo si la situación mejora. De hecho, remarcó que "la Navidad" de este año "será diferente".

En Cataluña ya ha trascendido que solo se permitirán reuniones de 10 personas, se mantendrá el toque de queda y se permitirán cenas en restaurantes pero solo hasta las nueve de la noche. Galicia, por el momento, no quiere anticiparse. Todo depende de como evolucione la pandemia.

En el Sergas temen que si se levantan las restricciones por una mejoría de los datos, éstos vuelvan a empeorar tras las fiestas. De hecho, el conselleiro admitió: "Nos preocupan por supuesto las primeras semanas de enero y de febrero", meses donde la pandemia podría complicarse con el pico de casos de la gripe. .

Comesaña remarcó que hay una mejora pero "no es suficiente, sigue habiendo contagios y sigue habiendo muertos", por lo que "ni mucho menos podemos bajar la guardia, al contrario, tenemos que redoblar el esfuerzo".

Un día después de que el comité clínico decidiese elevar las restricciones en Sanxenxo y que sean así 68 los ayuntamientos con restricciones máximas, el conselleiro explicó en rueda de prensa que la situación es "estable" desde el punto de vista epidemiológico con un "ligero descenso" en el número de casos. Sin embargo, preocupa la presión asistencial con el incremento de un 9,3% de los pacientes que terminan en UCI en la última semana, aunque todavía se encuentran a un 42% del pico máximo de ocupación registrado en la primera oleada de la pandemia.

En el análisis por áreas sanitarias, Vigo, Pontevedra, A Coruña y Ferrol son las que peor evolución presentan, mientras que en Lugo, Santiago y Ourense se aprecia un descenso en la presión hospitalaria en virtud, en el caso de la ourensana y la compostelana, por ser zonas en las que se aplicaron medidas restrictivas con anterioridad.

La lupa del Sergas está puesta especialmente en los ayuntamientos de Chantada (Lugo) y A Rúa (Ourense), junto con las áreas de Sarria y Vilalba, por su elevada incidencia de Covid.

En el extremo contrario, estaría el concello de O Carballiño, allí hay una mejoría, y el Sergas no descarta suavizar pronto las restricciones.