Hasta el 85% de los niños de 7 a 15 años cambian los amigos por la tableta o el móvil, las pantallas en general, y se aísla socialmente a consecuencia de las medidas que exige la pandemia de coronavirus Es la percepción señalada por las propias familias en una encuesta nacional llevada a cabo este pasado mes de octubre entre un millar de padres.

La falta de concentración en uno de cada tres de estos alumnos, así como la depresión en el 13% de ellos y síntomas de pérdida de autoestima en otro 7% de los niños completan las principales consecuencias que empiezan a hacer mella por la crisis sanitaria en la generación conocida como los centenials.

El informe, en el que han participado especialistas en el uso de las nuevas tecnologías y psicólogos, concluye que el covid-19 está marcando a estos niños y no para bien. "El mundo se ha detenido y les está afectando de lleno", apunta Eduardo Cruz desde la plataforma Qustodio sobre seguridad digital. "Tres de cada diez niños pasan menos de una hora fuera de casa, cuando es lo mínimo recomendable" añade sobre esta cuestión la psicóloga María Guerrero, experta en familia y tecnologías.

"Los adolescentes antes mentíamos para salir de casa, y ahora mienten para no salir y quedarse en casa con la pantalla. Se ha convertido en un nuevo hábito, convierte a los niños en más individualistas, no tienen tan inculcado el concepto de compañerismo como las generaciones anteriores, y desarrollan problemas de inseguridad, depresión y baja autoestima, todo ello relacionado con la adicción digital", puntualiza la psicóloga a este respecto.

De hecho, cerca de seis de cada diez de las familias encuestadas aseguran que la pandemia ha provocado en sus hijos una adicción a las pantallas y a tres de cada diez niños les ha cambiado el humor y muestran una mayor agresividad en las respuestas a sus padres.

La psicóloga advierte que estos síntomas, sumados a la distorsión de las horas de sueño o a una bajada en las calificaciones, son señales de alarma que deben hacer reflexionar a los padres para abordar la situación como un problema de salud. "Tenemos que enseñar a los niños a convivir con las pantallas, los padres no pueden delegarlo ni en los colegios ni en la sociedad", alerta la experta quien sentencia que "la tercera ola del coronavirus será mental" porque entre los 7 y los 15 años no se tiene capacidad de autocontrol y es fácil sucumbir al poder adictivo de internet si no se cuenta con el respaldo de un adulto.

Los expertos apuntan igualmente medidas de choque a las familias: hablar con normalidad de la pandemia y propiciar que los niños expresen sus preocupaciones "porque necesitan sensación de seguridad adecuada a sus edades"; poner límites a lo digital con descansos cada 45 minutos; evitar las pantallas en el dormitorio para que desconecten; no contarles cuentos a través de las pantallas; y como marco de todo ello, darles ejemplo "porque hacen lo que ven", concluyen.

Impacientes como la propia tecnología

  • Plenamente nativos digitales, -los niños de 7 a 15 años nacieron después de YouTube que data de 2006-, los centenials se muestran impacientes como la tecnología entre la que se mueven como pez en el agua, aprecia Eduardo Cruz. Hiperconectados, porque es su medio, y altos productores de contenidos digitales como vídeos y cortos, el covid les está marcando la vida y las familias deben estar alerta.