El Papa advirtió ayer a los trece nuevos cardenales —nombrados el sábado— del afán por el dinero, la fama o el éxito al tiempo que les ha invitado a permanecer “vigilantes” para no caer en el error que supone “perderse en mil cosas” y distraerse con los propios intereses y las “vanidades” que impiden percatarse de la presencia de Dios. “Y si nos esperan en el Cielo, ¿por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué afanarse en conseguir dinero, fama o éxito, todas ellas cosas pasajeras? ¿Por qué perder el tiempo quejándose de la noche mientras nos espera la luz del día?”, se preguntó Francisco en la misa que concelebró en la basílica de San Pedro con los purpurados presentes en Roma.

“¿Por qué buscar padrinos para ir hacia arriba y hacer carrera?”, agregó. Las palabras del Pontífice se enmarcan en un contexto difícil en la curia romana después de la destitución del ex Prefecto de las Causas de los Santos, Angelo Becciu, que fue obligado a dimitir el pasado 24 de septiembre y a renunciar a sus derechos como cardenal tras haberse visto implicado en un caso de malversación de fondos investigado por el tribunal del Vaticano. Su cargo al frente de este organismo del Vaticano lo ha ocupado uno de los nuevos cardenales, Monseñor Marcello Semeraro.

De este modo, en la homilía de ayer, que coincide además con el primer domingo de Adviento, el Papa alertó del “error” que supone “perderse en mil cosas y no percatarse de Dios”. “Atraídos por nuestros intereses y distraídos por las vanidades corremos el riesgo de perder lo esencial”, indicó.

El Papa alertó a su vez del “sueño peligroso” que supone “la mediocridad”. “Llega cuando olvidamos nuestro primer amor y seguimos adelante por inercia, preocupándonos sólo por tener una vida tranquila”, señaló el Pontífice.

Pese que el sábado fueron nombrados trece cardenales —entre ellos el español Celestino Aós Braco—, no todos pudieron acudir presencialmente por la pandemia de coronavirus. El Papa en el Angelus también tuvo palabras para la crisis sanitaria que vive el mundo y lamentó el pesimismo que está generando la pandemia en la sociedad y ha propuesto como antídoto una mayor “sobriedad”.