Portugal vivió ayer un puente festivo de la Restauración atípico, con los vecinos confinados en sus domicilios desde las 13.00 horas hasta las 05.00 de la madrugada. El Gobierno, aprovechando que ayer era festivo en el país, decretó el toque de queda desde el mediodía. Con los locales comerciales y la hostelería cerrados a partir de la una del mediodía y en una jornada sin colegios, las calles de áreas metropolitanas como Lisboa y Porto, así como de los otros 121 municipios más castigados en el país por el COVID –entre los que se encuentran los más próximos a Galicia– , las calles estaban vacías. Es el caso de Valença, una de las localidades lusas más afectadas por el coronavirus y donde se nota también el cierre perimetral de muchos ayuntamientos gallegos que impide a diario la visita entre vecinos. Portugal, con casi 300.000 contagios y más de 4.500 muertos por coronavirus desde que comenzó la pandemia, se encuentra en estado de emergencia. El Gobierno portugués adoptó nuevas restricciones para evitar contagios con ocasión de los dos puentes festivos que se celebran en diciembre, el de la fiesta de la Restauración de la Independencia –el 1 de diciembre de 1640 nobles lusos invadieron el Palacio Real y asesinaron a Miguel de Vasconcelos, representante de España en Lisboa, aclamando a D. João, Duque de Bragança como rey de Portugal– y el día 8, festividad de la Inmaculada.

Así, durante estos dos fines de semana la circulación se verá limitada entre las 13.00 horas del sábado y las 05.00 del domingo, y entre las 13.00 horas del domingo y las 05.00 horas del lunes. El 7 de diciembre, el comercio también cerrará a las 15.00 horas. Las restricciones no afectarán a la libre circulación de personas entre ambos países, por vía aérea o terrestre, tanto por motivos laborales o de turismo, por lo que se mantendrá abierta la frontera con España. También los hoteles están abiertos al público. Portugal mantiene el toque de queda, en principio, hasta el próximo 9 de diciembre entre las 23.00 y las 05.00 horas, momento en que también estará prohibida la circulación entre municipios. Las autoridades portuguesas establecen cuatro zonas de riesgo por ayuntamientos, en función del número de contagios, con distintas restricciones.