La pandemia no hace mella en la cirugía estética. Tras un repunte tanto en las operaciones como en los tratamientos después del confinamiento —que los médicos atribuyen a unirse en el tiempo las citas anuladas en los meses cerrados con la demanda habitual en esa época del año—, desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre) reconocen que ahora “la situación se ha normalizado” y que, pese a no ser lo esperado, “la demanda se mantiene” en este año marcado por el COVID. “Al estar más tiempo en casa, la gente ha querido cuidarse y además se ahorra más y hay quien lo que no ha gastado en viajar, por ejemplo, lo ha destinado a esto”, explica la cirujana Nélida Grande, miembro de Secpre.

Los especialistas reconocen que tras levantarse el confinamiento y una vez que las clínicas volvieron a reabrir sus puertas sí hubo un aumento de la demanda. “Entre mayo y agosto sí hubo un repunte, más cirugías de las habituales porque a las atrasadas por la pandemia se unieron la propias de esos meses en cualquier año”, señala Grande, quien reconoce que desde entonces la cifra se “ha estabilizado” y que solo ahora, con el temor a la tercera ola, “se nota un descenso en algunas zonas de España”, donde la gente ha decido aplazar los retoques hasta que la situación mejore. “En general se puede decir que este año se ha mantenido la demanda aunque la situación varía en cada provincia o zona en función de la incidencia que tengan en cada momento”, sostiene esta especialista quien pone el ejemplo de Granada. “Es una zona en donde se mantuvieron muy bien durante la primera ola pero después hubo un repunte de casos y la demanda bajó e incluso hubo algún centro que tuvo que cerrar”, indica.

Pese a que en España no ha ocurrido como en EEUU, Japón, Corea del Sur o Australia —donde, según la BBC, la demanda de retoques estéticos se disparó con la pandemia—, los expertos reconocen que hay factores de la nueva normalidad —como estar más en casa o teletrabajar— que favorecen que haya quien decida dar justo ahora el paso de someterse a una cirugía de este tipo. “La gente ha tenido más tiempo para cuidarse y además, aunque esto solo sirve para quienes pueden teletrabajar, esto les permite pasar el tiempo de recuperación en casa sin tener que pedir días en la oficina o sin que se vean el hinchazón o los moratones que pueden surgir tras algunos tratamientos, algo que también ahora se ve menos gracias a las mascarillas”, explica Nélida Grande.

¿Y cuales son los retoques estéticos más demandados en el año de la pandemia? “Siguen muy solicitados los tratamientos corporales como las liposucciones porque durante el confinamiento hay gente que notó que había engordado, o las cirugías de mama, pero también aumentaron los tratamientos faciales, sobre todo la befaroplastia (cirugía de párpados) que ahora se ven más los ojos al llevar la mascarilla o también las rinoplastias”, indica esta especialista.

Y al hecho de pasar más tiempo en casa, lo que facilita hacerse los retoques sin que nadie se entere, se une que quienes no se han visto golpeados por la crisis económica derivada de la pandemia, han podido ahorrar más ante las restricciones impuestas periódicamente por el aumento de casos de COVID y que limitaban las actividades de ocio como salir a cenar o realizar turismo. “Otro factor que influye es que hay gente que al estar más tiempo en casa y no poder viajar, por ejemplo, hace que hayan ahorrado y decidan utilizarlo para esto”, indica esta doctora, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Reparadora.

Toma de temperatura, mascarilla, pantallas y pruebas PCR, en el protocolo anti-COVID

Desde las clínicas de cirugía estética recuerdan que someterse a cualquier tratamiento de este tipo —sea operación o terapias ambulatorias— en la actualidad es 100% seguro ya que cumplen con estrictos protocolos de seguridad anti-COVID. Tomar la temperatura antes de entrar en consulta, uso obligatorio de mascarilla en todo momento —reforzada con otros métodos de protección si hay que acercarse al rostro del paciente— o realización de prueba PCR antes de entrar en quirófano, son algunas medidas. “Hasta ahora la gente ha estado muy tranquila. Quien tiene claro que quiere operarse no tiene miedo, pero es cierto que ahora con la tercera ola en algunas zonas ha bajado algo la demanda”, indica la cirujana Nélida Grande, quien reconoce todo depende también del entorno del paciente. “No es lo mismo si han tenido casos de COVID cerca que si no”, inicia esta doctora. Los protocolos de seguridad son muy exhaustivos. “En consulta se mira la temperatura al paciente antes de entrar, se utiliza el gel hidroalcohólico, nosotros usamos mascarilla FFP2 siempre y si es una consulta por algo facial añadimos una pantalla, guantes, etc...”, sostiene esta cirujana que forma parte de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.

Ya en el momento de la operación o el tratamiento, las medidas se refuerzan. “En centros que atienden otras patologías hay circuitos diferenciados y a los pacientes se les hace una PCR y una placa de tórax unos tres o cuatro días antes “, sostiene Grande.