Revisar tratamientos de enfermos crónicos, asesorar a pacientes y profesionales sanitarios sobre el uso adecuado de fármacos, gestionar la medicación de los centros de salud o prestar atención farmacéutica a mayores en residencias sociosanitarias son algunas de las principales funciones de los farmacéuticos de Atención Primaria, profesionales que al igual que el resto de sus compañeros de ese nivel asistencial, trabajan a destajo desde el inicio de la pandemia para tratar de contener la crisis sanitaria provocada por el COVID. “La emergencia que estamos viviendo nos ha hecho modificar todas las agendas de trabajo. Durante los últimos meses, los farmacéuticos de Atención Primaria hemos tenido que sustituir gran parte de las actividades del día a día por otras, para cubrir las necesidades urgentes que nos planteaban médicos, enfermeras o equipos directivos”, reivindica la coruñesa Rosana Castelo Domínguez. Esta farmacéutica, que ejerce en el centro de salud de Ribeira, se acaba de convertir en la primera española que recibe la certificación BPS (Board of Pharmacy Specialties) en el área de atención ambulatoria de la Asociación Americana de Farmacéuticos. Una distinción internacional que acredita sus conocimientos en esa especialidad y que, espera, sirva para visibilizar su profesión y mejorar la atención de sus pacientes.

¿Qué hay que hacer para obtener la acreditación internacional que usted acaba de conseguir?

Para lograr el BPS es necesario acreditar experiencia práctica de cuatro años como farmacéutico que desempeña su labor con pacientes ambulatorios —en mi caso, en Atención Primaria—, o que ha trabajado en oficina de farmacia, y superar un examen teórico de un total de 175 preguntas de opción múltiple.

Dicho así, parece una oposición. ¿Qué supone para usted ser la primera española que recibe esa distinción en su especialidad?

Me aporta satisfacción personal, por supuesto, y conocimiento. Y espero que sea de utilidad para mejorar la atención de los pacientes de mi entorno de trabajo.

¿En qué consiste el trabajo de los farmacéuticos de Atención Primaria?

Una de las funciones más visibles de los farmacéuticos de Atención Primaria en los centros de salud de Galicia es la homologación sanitaria de recetas, o lo que en otras comunidades se conoce como “visado de recetas”. En nuestro día a día, nos encargamos de gestionar la medicación de los ambulatorios, prestar atención farmacéutica a mayores en residencias sociosanitarias, revisar los tratamientos de muchos enfermos crónicos o asesorar a pacientes y profesionales sanitarios sobre el uso adecuado de los medicamentos.

¿Cómo han vivido la situación generada por la pandemia de COVID y la reorganización de la actividad asistencial en los centros de salud?

Durante los últimos meses, los farmacéuticos de Atención Primaria hemos tenido que sustituir gran parte de las actividades del día a día por otras, para cubrir las necesidades urgentes que nos planteaban médicos, enfermeras o equipos directivos. En la situación sanitaria actual de sobrecarga asistencial en los centros de salud —mayoritariamente a través de consulta telefónica—, nos preocupa especialmente la falta de adherencia a los tratamientos farmacológicos prescritos, que se produzcan más errores en la medicación de los pacientes o que no seamos capaces de garantizar la continuidad de cuidados de las personas que padecen problemas de salud crónicos.

Con un pie en la tercera ola y la Navidad a la vuelta de la esquina, ¿qué medidas urge adoptar en Atención Primaria de cara a las próxima semanas, que se antojan complicadas?

Las fechas próximas a la Navidad son siempre épocas de trabajo complejas en los centros de salud, debido a ausencias programadas de trabajadores y a la mayor incidencia de patologías respiratorias en forma de catarros, gripes, resfriados, etc. Este año, las celebraciones navideñas están marcadas por unas circunstancias diferentes, en las que es imprescindible garantizar que la Atención Primaria cuenta con los recursos humanos y materiales necesarios para poder atender los problemas agudos y las dolencias crónicas, así como para continuar trabajando activamente en que no decaiga la prevención de la infección por coronavirus. Esto último es fundamental para prevenir que la situación sanitaria se complique todavía más.

Ante el panorama actual, ¿hay alguna cuestión que quite especialmente el sueño a los farmacéuticos de los centros de salud?

A los farmacéuticos de Atención Primaria nos preocupa especialmente que los pacientes no dispongan en sus domicilios de los medicamentos que necesitan y que esto sea motivo de falta de adherencia y, en consecuencia, se descompensen sus problemas de salud crónicos. La pandemia ha provocado que muchos pacientes estén viviendo en circunstancias diferentes a las de hace un año, y esto nos lleva a pensar que puedan estar teniendo más dificultades para manejar sus tratamientos farmacológicos habituales.

¿Qué dificultades?

Detectamos, por ejemplo, situaciones de enfermos con medicaciones complejas que han renunciado a tener cuidadores por miedo a contraer el COVID o pacientes que tienen menos contacto con sus médicos de cabecera y que, por tanto, tienen más dudas o dificultades para garantizar el cumplimiento de sus tratamientos. Y nos preocupa, también, la situación emocional y la seguridad de los pacientes a los que prestamos atención farmacéutica en las residencias sociosanitarias, pues somos conscientes de que se trata de una población muy vulnerable.

¿Qué mensaje trasladaría a esos pacientes?

Les recordaría, tanto a ellos como a la población que existe un farmacéutico de Atención Primaria de referencia para cualquier paciente con el que pueden contactar para obtener información sobre sus tratamientos o resolver dudas con respecto a su medicación, ya sea en el mismo centro de salud al que pertenecen o en otro del mismo servicio. Y que en estas circunstancias de demanda de información o necesidades no cubiertas en relación a sus tratamientos, no duden en acudir al punto sanitario más accesible, que es su farmacia habitual. Allí obtendrán de los compañeros que trabajan a pie de calle información objetiva sobre sus tratamientos y pautas sanitarias de actuación para garantizar la salud individual y colectiva.

Otras cuatro farmacéuticas de A Coruña logran la distinción en diferentes áreas

Las otras cuatro coruñesas distinguidas: Helena Esteban Cartelle, Cristina Martínez Roca, Lucía Fuster Sanjurjo e Iria Rodríguez Legazpi.

“El BPS en atención ambulatoria es una de las 14 certificaciones que emite una agencia de la Asociación Americana de Farmacéuticos, en la que se reconoce que un farmacéutico tiene los conocimientos y la experiencia suficiente para el manejo del tratamiento farmacológico de los pacientes ambulatorios y para participar activamente en las decisiones clínicas dentro del equipo de Atención Primaria”, explica Rosana Castelo Domínguez, primera española que logra esa acreditación internacional en su especialidad, “gracias a la apuesta por la formación de calidad que anualmente oferta el Colegio de Farmacéuticos de A Coruña a sus miembros, en forma de becas que sufragan gastos de gestión de inscripción en el centro americano, de matrícula y de desplazamiento a realizar el examen en Madrid”, subraya. Castelo Domínguez es la primera española que logra el certificado BPS en su especialidad, aunque un total de 257 farmacéuticos de todo el país ostentan, a día de hoy, esa acreditación de la Asociación Americana de Farmacéuticos. No es la única coruñesa, sin embargo, que acaba de lograr esa distinción. Otras tres farmacéuticas de la provincia, Helena Esteban Cartelle, Lucía Fuster Sanjurjo e Iria Rodríguez Legazpi, se hicieron con la distinción en el área de farmacoterapia, gracias también a la beca colegial. Además, una quinta profesional de A Coruña, Cristina Martínez Roca, es la cuarta española que la consigue en el área de farmacia pediátrica.