La vacunación contra el coronavirus arrancará mañana en Galicia con el antígeno de Pfizer, el único que, por el momento, ha recibido el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento. Mayores que viven en residencias y sanitarios serán los primeros en inmunizarse contra el COVID, pero como ocurre con cualquier otra vacuna, hay determinados grupos en los que está contraindicada. Expertos aseguran que en esta vacunación colectiva se excluirá, de momento, a menores de 16 años y embarazadas “ya que no se han hecho ensayos clínicos previos con estos colectivos” y hay dudas con los pacientes inmunodeprimidos. Además instan a extremar precauciones con determinados alérgicos o cuando quien recibe el pinchazo consume anticoagulantes. En cualquier caso, piden tranquilidad porque nadie se vacunará sin la supervisión de un médico. “Nadie va a poder ir a un centro de salud y pedir la vacuna sino que al principio será una administración a grupos prioritarios y poco a poco se irá ampliando. Es algo que tiene que estar autorizado por un médico que previamente ya ha valorado si hay alguna contraindicación”, indica la jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y miembro del comité clínico que asesora al Sergas sobre la pandemia, María José Pereira.

Galicia recibirá mañana 250 dosis de la vacuna que irán directas a una residencia de Santiago, donde se iniciará oficialmente la inmunización en la comunidad. Ya el lunes llegarán otras 18.000 dosis y el martes se procederá a vacunar a los mayores que vivan en residencias, el grupo de riesgo por el que comenzará la vacunación en toda España. Pese a las dudas y la incertidumbre sobre qué colectivos podrían quedar excluidos al no ser aconsejable vacunarse por su estado de salud, Pereira deja claro que con la vacuna de Pfizer y la de Moderna —de características similares y con los datos que se conocen de ambas hasta el momento— no habrá problemas para la gran mayoría de la población. Esta doctora detalla cual es la situación en los grupos de pacientes que han generado más controversia.

Alérgicos. Tras detectarse dos reacciones importantes en pacientes con un amplio historial de alergias, la agencia del medicamento de Reino Unido desaconseja la vacunación a pacientes con alergias severas. La doctora María José Pereira asegura que “todavía no ha pasado el tiempo suficiente” para saber “si estas reacciones se deben o no a la vacuna” y recuerda que en ambos casos se trataba de personas con “múltiples alergias”. Para esta especialista con la vacuna del COVID hay que actuar como con cualquier otra. Eso supone excluir de la inmunización a quienes tengan alergia a cualquier componente de la vacuna — “algo que puede comprobarse al mirar la ficha técnica del fármaco”, señala— y “en el caso de personas con múltiples alergias en algunos sitios se desaconseja que se la pongan pero siempre hay que valorar los valores de riesgo y beneficio a la hora de tomar la decisión”, indica. Una opinión que comparten en la Sociedad Española de Alergología donde aseguran que “no se puede generalizar” y prohibir la vacuna a cualquier alérgico grave y sostienen que, a priori, solo se desaconseja de manera genérica “a quienes tengan reacciones alérgicas previas a alguno de los componentes de la vacuna”.

Menores de 16 años y embarazadas. A la hora de ver las posibles contraindicaciones de una vacuna, Pereira recuerda que es importante “analizar la información de la fabricación y ver en qué grupos se han estudiado sus efectos”. Precisamente “porque no tenemos datos ya que no se ha estudiado el uso de la vacuna en menores de 16 años y en mujeres embarazadas”, en principio se aconseja “limitar su uso” en estos dos grupos. Aunque esto no quiere decir que esté prohibido inmunizarles. “Hay que evaluar el riesgo-beneficio. Por ejemplo cuando se trate de una embarazada pero que trabaja en una unidad de riesgo, aún sin haberse estudiado en embarazadas podría vacunarse”, sostiene Pereira.

Pacientes anticoagulados. Quienes sigan algún tipo de tratamiento con anticoagulantes orales como el Sintrom podrán vacunarse contra el COVID sin más precaución que las que hay que seguir al recibir otras vacunas y que tiene más que ver con el riesgo de sangrado durante el pinchazo que con el propio antígeno en sí. “Como ocurre con cualquier otra vacuna, en los pacientes anticoagulados hay que tener cuidado con la administración del fármaco porque el pinchazo puede generar que sangren más de la cuenta en esa zona y para ello hay que administrarla con una técnica adecuada. Pero esto no quiere decir que la vacuna esté contraindicada para estos pacientes”, señala esta especialista en Medicina Preventiva. También desde la Sociedad Española de Cardiología desmienten los bulos sobre que estos pacientes no puedan vacunarse y de hecho, resaltan que “en ningún caso debe suspenderse la medicación para vacunarse” y recomiendan “fervientemente” que se inmunicen frente al virus.

Pacientes inmunodeprimidos. El grupo que aglutina a quienes están inmunodeprimidos —desde pacientes con cáncer a recién trasplantados o personas con una enfermedad autoinmune— es el que más dudas genera entre los especialistas. “Sabemos que en este colectivo están contraindicadas las vacunas en las que se recurre a un virus atenuado pero no es el caso de la de Pfizer y en este nuevo modelo de vacunas no hay estudios sobre su uso en inmunodeprimidos”, señala María José Pereira, quien recuerda además que el sistema inmune de estos pacientes “responde peor” y se desconoce cómo pude ser su respuesta “a esta vacuna”. “No podemos decir que esté contraindicada pero no está claro. Se trata de un grupo de pacientes muy amplio y todavía no hay datos suficientes”, añade.