La cepa británica del COVID-19 ha llegado a España. Era cuestión de tiempo, después de que ya se detectara en otros países como Alemania, Francia, Dinamarca, Suiza, Suecia o Japón. Su llegada ha supuesto una nueva bronca política, entre el Gobierno de la Comunidad de Madrid y el Ejecutivo central, al denunciar Isabel Ayuso que el aeropuerto de Barajas, que es competencia estatal, es “un coladero” de casos de coronavirus. Desde el Gobierno le instaron a olvidarse de “peleas estériles”.

La Dirección General de Salud Pública de Madrid confirmó ayer cuatro casos de la nueva variante, que se supone más contagiosa. Además hay otros tres casos sospechosos en estudio. Sus resultados se conocerán a principios de la próxima semana. Los ya confirmados son tres casos de una misma familia (padre, madre y hermana). El hijo, que llegó del Reino Unido en avión la semana pasada, sería el caso índice. Al joven se le hizo un test de antígenos, dio positivo y fue aislado, pero no se le hizo una PCR y no se ha obtenido material genético para confirmar la secuencia genómica de la nueva variante.

El cuarto caso confirmado es el de un ciudadano joven procedente del Reino Unido, que aterrizó en Madrid el 20 de diciembre, que no tiene relación con los anteriores y al que se le hizo una PCR por un sistema especial para después secuenciar el genoma del virus.

Ninguno de los casos está grave, según el viceconsejero de Salud Pública de Madrid, Antonio Zapatero, quien llamó a la tranquilidad porque la variante británica del coronavirus es más contagiosa, pero no conlleva cuadros de mayor gravedad. Ayuso denunció “la irresponsabilidad” del presidente del Gobierno por su gestión de Barajas. El delegado del Ejecutivo en Madrid, José Manuel Franco, le pidió que se olvide de “peleas estériles” porque hoy “es un día para la esperanza”, en alusión a la llegada de las primeras vacunas.

Japón ‘veta’ a los extranjeros

Japón anunció ayer que prohibirá la entrada de ciudadanos extranjeros desde mañana y hasta finales de enero tras detectar la llegada al país nipón de la cepa británica del COVID-19. Son cinco ya los casos con la nueva variante. Los ciudadanos japoneses y los extranjeros que vivan en Japón sí podrán regresar al país, de acuerdo con la nueva restricción del Ejecutivo. El Gobierno japonés toma esa decisión cuando además la ciudad de Tokio ha entrado en estado de alerta máxima tras registrar 949 casos en 24 horas, su máximo histórico y un repunte significativo desde los 884 contagios del viernes.