La gallega Josefa Pérez, de 89 años y residente en un centro de L’Hospitalet, fue la primera en recibir la vacuna en Cataluña. | // EFE

La gallega Pepita, de 80 años y usuaria de la Residencia Mixta de Gijón, aplaude tras recibir la inyección. | // L.O.

Araceli, de 96 años, residente de un centro de Guadalajara, fue la primera española en vacunarse. | // EFE

Llegada de los viales de Pfizer a Santiago. | // X.Á.

El arranque de la ansiada campaña de vacunación en Galicia, España y Europa contra el COVID-19 marcó ayer un día histórico: el principio del fin de la pandemia. Así lo calificaron las autoridades sanitarias tras producirse las primeras inmunizaciones en centros de mayores. Y ese día tuvo muchos protagonistas colectivos, con los sanitarios —de nuevo— en primera fila, haciendo gala de una organización exprés y, sobre todo, heroínas y héroes de pelo blanco que se convirtieron en los primeros en probar el antígeno de la farmacéutica Pfizer-BioNTech.

En Galicia, Nieves Cabo Vidal, de 82 años, escribía su nombre en la historia gallega al convertirse en la primera en ponerse la vacuna del coronavirus. A las 11.00 horas, esta usuaria de la residencia de Porta do Camiño de Santiago recibía la primera de las dosis del antídoto Comirnaty. Estas Navidades el coronavirus truncó un viaje para reencontrarse con su hija en Madrid, indicó la mujer, que tiene “dos hijos, dos nietas y una bisnieta”. Tras ella ha sido el turno de José Antonio Arcay, trabajador del servicio de cocina de la misma residencia; pero a lo largo de la jornada se vacunaron unas 150 personas, entre usuarios y trabajadores. Las únicas negativas que se recibieron, según aseguró la coordinadora de vacunación en Santiago, se correspondieron con trabajadoras en periodo de lactancia, embarazadas o que están en vías de estarlo.

La propia Nieves Cabo, después de guardar el reposo necesario después del pinchazo, se asomó a las ventanas de la residencia para manifestar su alegría y considera que cuantos más se vacunen mejor, aparte de constatar que “el bicho ha dado muchos disgustos” y ha confesado sentirse “contentísima” y “como nueva”.

Los primeros gallegos en vacunarse contra el coronavirus lo hacían poco después de que Araceli, una anciana de 96 años residente en el centro de mayores Los Olmos de Guadalajara, se convirtiera en la primera española en recibir el fármaco. Después se lo administraron a Mónica, una auxiliar de enfermería de 40 años que trabaja en la misma residencia.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, insistió que la mejor vacuna continúa siendo el “sentidiño” y seguir cuidándose, a través de su cuenta de Twitter. Y, en la misma línea, el conselleiro de Sanidade expresó su satisfacción porque todo fuera bien durante la primera jornada de vacunación en Galicia pero llamó a mantener “la prudencia”.

Pero dos gallegas más marcaron hitos en Asturias y Cataluña. La luguesa Eulalia Josefa Paleao, conocida por su amistades como Pepita, de 80 años y usuaria de la Residencia Mixta de Gijón, protagonizó otra de las anécdotas del día, al convertirse en la primera mujer gallega vacunada... en Asturias.

Se dio la circunstancia de que Pepita, nacida en el concello de Foz (Lugo) recibía la primera dosis de la vacuna de la farmacéutica Pfizer contra el COVID-19 en Asturias a las 10.25 horas; es decir, treinta y cinco minutos antes que lo hacía la primera gallega, Nieves Cabo en Santiago. Pepita no dudó e incluso animó a la inmunización colectiva “por el bien de todos”. Pepita, sin familia directa desde muy joven se fue a vivir a Gijón. Ayer manifestó sentirse “tranquila”.

También Josefa Pérez, gallega de 89 años y residente del centro Feixa Llarga de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) hacía historia en el día de ayer. Esta usuaria de residencia de mayores, natural de Galicia, se convirtió en la primera persona que se inmunizó contra el nuevo coronavirus en Cataluña.

Illa: “Quedan aún meses para vencer al virus”

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, destacó que ayer fue un día “de esperanza” en España y Europa, pero quiso hacer un llamamiento a la prudencia: “No nos confundamos, todavía quedan meses para vencer al virus”. Al tiempo que celebraba que empieza “el principio del fin” de la pandemia —a las 12.00 todas las comunidades ya habían recibido las dosis de la primera entrega de vacunas en una operación “de gran complejidad logística”— llamó a la prudencia y a no relajar las medidas de prevención. Desde hoy, el Gobierno entregará semanalmente unas 350.000 dosis a las comunidades, que vacunarán siguiendo la clasificación de la población en grupos según su riesgo. Illa ha recordado que la vacuna no es obligatoria y es gratuita.