Las comunidades vuelven a ser incapaces de pactar una hoja de ruta para frenar el avance de la pandemia y evitar la tercera ola en enero. Cada autonomía por su cuenta anuncia su plan de restricciones para Fin de Año. Unas optan por endurecer las medidas de Navidad como Cantabria y otras las mantiene tal cual, como Cataluña o Andalucía, pese a que los casos sigan al alza. Galicia desvelará hoy su plan para la despedida de un año tan amargo. Y tanto. España superó ayer el umbral de los 50.000 fallecidos por COVID-19. Exactamente 50.122, al añadir 298 muertos desde el jueves. Una cifra dramática para un año muy triste.

El Ministerio de Sanidad actualizó ayer los datos de las últimas jornadas, pues los fines de semana nunca informa y el viernes además fue festivo por ser el Día de Navidad. Estas son las cifras oficiales pero las estadísticas de mortalidad evidencian que la cifra puede ser más elevada, sobre todo durante la primera ola (27.127 muertos, según el Ministerio de Sanidad) cuando el registro de fallecidos estaba en ciernes y contó con muchos errores porque entonces la máxima prioridad era poner fin al caos ante un sistema sanitario desbordado por los contagios. Además entonces solo se contabilizaba como fallecido por COVID a quien tenía una PCR positiva, y en aquel momento no se hacían muchas. El Instituto Nacional de estadística calcula unas 18.500 muertes más por el nuevo coronavirus.

La reunión de ayer del Consejo Interterritorial de Sanidad con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los responsables del ámbito sanitario de cada autonomía se volvió a saldar con una llamada genérica a la prudencia y a mantener la guardia “muy alta”. La petición es unánime: minimizar movimientos y contactos sociales porque el temor es que se descontrolen las reuniones de familias y amigos en estos días de vacaciones y a partir del 15 de enero se disparen los contagios.

El ministro Salvador Illa explicó que los últimos datos aún no reflejan el impacto de la relajación de las medidas por Navidad. Por ello, pidió “mucha cautela”. Desde el pasado jueves, se han registrado 24.462 nuevos casos y la incidencia acumulada se sitúa en 246 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, frente a los 262 del 24 de diciembre.

En todo caso, sí han crecido las hospitalizaciones por el virus. Un total de 12.172 personas están ingresadas por COVID-19 en toda España (10.744 el jueves) y 2.022 en UCI (1.907 el jueves). La tasa de ocupación de camas ocupadas por coronavirus se sitúa en el 10,04% (8,80% el jueves) y en las UCI en el 21,14% (19,98% el jueves).

Por su parte, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aseguraba ayer que ha caído la edad media del infectado de COVID-19 en España. “Hemos pasado de una media de 63 años a una edad media de menos de 40 años”, señaló.

El Gobierno de Cantabria fue uno de los que ayer decidió endurecer las restricciones. Adelanta el toque de queda en Nochevieja hora y media, hasta las doce de la medianoche, y rebaja a seis el número máximo de personas que podrá sentarse juntas a la mesa ese día y en Año Nuevo, cuatro menos que en las fiestas de Nochebuena y Navidad.

En cambio, Cataluña ha decidido no modificar su plan y mantener las restricciones ya aprobadas para Navidad en vigor hasta el 11 de enero. Andalucía ha optado por la misma estrategia que los catalanes.

El espejo de Reino Unido: más de 41.000 contagios, el pico de la pandemia

Reino Unido ha registrado 41.385 nuevas infecciones en las últimas 24 horas, la mayor cifra acumulada en un solo día desde que comenzó la pandemia y 357 personas han fallecido por COVID en un día. Ante estos datos, el Gobierno británico asegura que “los datos demuestran que los índices de contagio en las zonas geográficas donde ha comenzado a circular (la nueva) cepa del coronavirus han aumentado mucho más rápido de lo previsto, y los modelos manejados demuestran que esta variante tiene un índice de transmisión mayor que el de otras mutaciones del virus”. Tanto que los hospitales de todo el país empiezan a sufrir niveles de saturación muy similares a los registrados durante el pico de la primera ola, a mediados de abril. El pasado 22 de diciembre, el último día en que se actualizaron los datos, 21.286 personas estaban hospitalizadas por coronavirus en Reino Unido. El 12 de abril, en el pico de la primera ola de la pandemia, la cifra total de ingresados era de 21.683. Los hospitales británicos ya tienen orden de liberar todas las camas posibles para atender a los afectados por el nuevo coronavirus. “Confío en que seamos capaces de resistir este nuevo pico, pero tendrá un coste, el de no poder mantener con normalidad el resto de atenciones no relacionadas con el COVID”, alertó en el día de ayer Katherine Henderson, presidenta del Real Colegio de Medicina de Emergencia.