Juan Molina, de 86 años y usuario de Bellolar Fogar Residencial de A Coruña, se convirtió ayer en la primera persona en recibir la nueva vacuna contra el coronavirus en el área sanitaria coruñesa. “Estoy muy contento, tenía ganas de ponerme la vacuna porque el virus es un peligro para todos nosotros que ya tenemos una edad elevada”, reconocía tras el pinchazo y muy emocionado al recordar a su hija que no pudo acompañarlo en ese momento por las restricciones propias de la pandemia y a uno de sus mejores amigos, fallecido por el virus en esta residencia coruñesa. Con la inmunización de los 24 residentes y los 18 trabajadores de este centro, el Sergas da el pistoletazo de salida a la vacunación contra el COVID en el área coruñesa. Se espera tardar diez días en inmunizar a los 4.000 usuarios y los más de 3.000 trabajadores de centros sociosanitarios.

Tras el retraso en la entrega de vacunas por parte de Pfizer que obligó a cambiar los planes iniciales del Sergas, la vacunación arrancó ayer en las siete áreas sanitarias gallegas de forma simbólica con el reparto de 350 dosis de reserva que el domingo habían llegado a Santiago. Será a partir de hoy cuando arranque realmente la inmunización masiva en la comunidad. En el área coruñesa, tras Bellolar, irán otras siete residencias —entre ellas la Torrente Ballester de A Coruña o la Residencia Asistida de Mayores de Oleiros— a las que se destinarán 2.000 dosis. “Se inmunizará a estos siete centros en dos días y esperamos tener a los 4.000 usuarios y a los más de 3.000 trabajadores de residencias de todo el área vacunados en unos diez días”, señalaba ayer el gerente del área coruñesa, Luis Verde, quien reconocía que en cualquier caso todo depende de cómo transcurra la llegada y distribución de las vacunas a España. En cuanto a los criterios a la hora de seleccionar el orden de vacunación, Verde reconocía que “se debe a una cuestión organizativa y como todos van a recibir la vacuna en un breve periodo de tiempo, estamos optando primero por los centros más grandes”.

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Juan Molina, de la residencia Bellolar, el primer vacunado contra el COVID-19 en A Coruña Víctor Echave

Pero el arranque de la campaña se hizo una residencia pequeña, con apenas 24 usuarios, y donde conocen bien lo que es luchar contra el COVID ya que la mitad de residentes se infectaron durante la pandemia y tres de ellos fallecieron, uno en las propias instalaciones. Precisamente con uno de ellos en mente, ya que eran grandes amigos, Juan Molina no podía evitar emocionarse al narrar cómo fue vacunarse y qué supone para él. “Estoy muy contento. Animo a todo el mundo a vacunarse para que defiendan sus vidas”, señalaba Juan que instaba a “seguir luchando mientras podamos contra este virus que nos quiere matar”. “Hay que seguir adelante”, indicaba este octogenario que reconocía que “fue un momento emocionante” en el que echó de menos a su hija María del Carmen, que vive en O Temple — “no le dejan venir”, decía en alusión a las restricciones de visitas a usuarios en las residencias por la pandemia—, pero confesaba haber estado “muy arropado” por los compañeros y el personal de la residencia “que me tratan de maravilla”. “Aprecio mucho a mis compañeros y pienso en ellos”, aseguraba Juan Molina.

Precisamente la directora de Bellolar, Inés Sande y la médica del centro, María José Rey, quisieron acompañar a Juan en sus declaraciones a los medios tras vacunarse y esperar los 20 minutos que marca el protocolo por si hay algún tipo de reacción al fármaco. “Han sido unos meses muy difíciles y me vienen a la cabeza dos palabras: admiración por los mayores que han superado esto con aislamiento y con la falta del apoyo familiar y por otra parte, agradecimiento a las familias y al equipo del centro que somos una piña y nos hemos dedico completamente a nuestros mayores”, indicaba Rey.

“Aún no nos lo creemos”, reconocía la directora Inés Sande sobre el hecho de tener ya vacunados a todos los residentes y usuarios del centro. “No contábamos con terminar 2020 con la vacuna. Esta es la lotería que no nos tocó el pasado día 22”, aseguraba.

La vacuna de Pfizer reúne unas características especiales —no puede almacenarse a menos de determinada temperatura, debe mantener la cadena de frío y precisa de una técnica concreta para su administración—, lo que hace que solo personal del Sergas formado para ello puedan administrar las vacunas. En el caso del área sanitaria de A Coruña son 33 profesionales que conforman 16 equipos. “Es un primer paso para finalizar la pandemia”, aseguraba Daniel Viejo, uno de los enfermeros de estos equipos. “Arranca la mayor campaña de vacunación que hemos visto y que probablemente hubiéramos imaginado”, admitía Luis Verde.

Salvo Santiago, área que estrenó la vacunación en Galicia el pasado domingo, el pistoletazo de salida a la inmunización contra el COVID-19 arrancó ayer en las otras seis áreas sanitarias gallegas. Quienes pasarán a la historia al ser los primeros en recibir el nuevo fármaco de Pfizer coincidían ayer en estar muy contentos y algo más aliviados al contar con una nueva herramienta contra el virus.

María del Carmen Fernández, de 85 años y usuaria de la residencia de Burela, fue la primera en inmunizarse en Lugo. Se vacunó “con mucha emoción”. “Me siento liberada y libre de esta pesadilla”, sostenía.

“No he sentido ningún dolor. Mañana mismo pondría otra si fuese necesaria”, señalaba Inocencio Corbal, un hombre de 90 años de la vivienda comunitaria San Marcos de Cudeiro que fue el primer ouresano en recibir esta vacuna y quien esperaba que gracias a la inmunización poder abrazar de nuevo a su nieta. “Tengo ganas de poder coger a mi nieta, aún no he podido hacerlo porque solo tiene dos meses. La vi, pero desde el coche”, relataba ayer tras el pinchazo.

En Vigo, la vacunación comenzó en la residencia Santa Ana de Ponteareas, donde los primeros fueron María Bello y Abilio Rama, de 83 años. Y en Pontevedra, el Sergas optó por arrancar la inmunización en el Hogar Residencial Servisenior de Vilagarcía. María Ana Ciancio, de 86 años, bromeaba sobre si la iban a comparar con una actriz por ser la primera. “Fue muy bien. No la sentí para nada”, dijo sobre la inyección.

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