La escalada del COVID-19 en Reino Unido continúa sin freno. El país notificó ayer otros 981 fallecidos en un día, una cifra que no se daba desde abril. Este nuevo máximo de la segunda ola sitúa el total de decesos en 72.548. La variante del coronavirus dominante en el suroeste del país impulsa los contagios a cifras récord: ayer se registraron más de 50.000. Además, los hospitales se encuentran al borde del colapso. En este contexto, el ministro de Sanidad del Reino Unido, Matt Hancock, anunció la extensión del máximo nivel de restricciones a otros 21 millones de ingleses.

Con esta nueva medida, el 78% de los habitantes de Inglaterra estarán en el máximo nivel de confinamiento a partir de hoy. El llamado “nivel 4” afectaba hasta ahora al suroeste, que incluye a Londres y toda su área metropolitana. Pero ahora la zona de cierre se extiende también al Gran Mánchester, el Noreste (que incluye a Newcastle), amplias áreas de las Tierras Medias (Birmingham, entre otras ciudades) y el Sudoeste (Bristol).

El nivel 4 implica el cierre del comercio no esencial y limitación estricta de reuniones entre no convivientes a encuentros individuales al aire libre. Escocia, Gales e Irlanda del Norte se encontraban ya en este máximo nivel. La situación es tan preocupante que incluso se ha estudiado crear otro nivel, el 5, con restricciones aún más duras. El ministro británico de Educación, Gavin Williamson, anunció ayer que los centros de secundaria y las universidades del país retrasarán la vuelta a las clases tras las vacaciones de Navidad hasta el 18 de enero.

Irlanda, al menos un mes

Por otra parte, el jefe de Gobierno de Irlanda, Micheál Martin, anunció ayer que el país se confinará durante al menos un mes, al verificarse un importante aumento de los contagios. Las estrictas restricciones del nivel 5 incluyen la prohibición de todas las visitas a los domicilios, el cierre de negocios minoristas no esenciales y un límite de 5 kilómetros para los desplazamientos.

La inmunización con el compuesto de Oxford arrancará el lunes

Reino Unido empezará a inmunizar a su población contra el coronavirus con la vacuna de Oxford/AstraZeneca a partir del próximo lunes día 4 de enero. El Gobierno británico aceptó ayer la recomendación de la Agencia Reguladora de Medicinas y Productos Sanitarios (MHRA) para autorizar la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, la segunda que recibe el visto bueno en el país tras la de Pfizer y BioNTech. El Ministerio de Sanidad británico defendió ante los medios que la decisión “llega tras unos ensayos clínicos rigurosos y un análisis exhaustivo de los datos por parte de los expertos de la MHRA, que han concluido que la vacuna cumple sus estrictos estándares de seguridad, calidad y efectividad”. Asimismo, el Ministerio de Sanidad británico hizo hincapié en que “con dos vacunas aprobadas, se podrá vacunar a un número mayor de personas que están en mayor riesgo, protegiéndolas de la enfermedad y reduciendo la mortalidad y las hospitalizaciones”. Ayer mismo la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aseguraba que necesita “información científica adicional sobre la calidad, seguridad y eficacia” de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca antes de poder respaldar una licencia de uso condicional en la Unión Europea. La EMA explicó que había recibido el 21 de diciembre una serie de datos de los ensayos clínicos en curso en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, información que está estudiando en la actualidad a la espera de obtener los datos restantes que puedan permitir el estudio de una licencia.