El uso de plasma sanguíneo de pacientes recuperados es efectivo en mayores de 65 años con COVID-19, ya que reduce en un 60% la posibilidad de que necesiten oxígeno y convierte la enfermedad en “un mal catarro”, según un estudio de la argentina Fundación Infant. La investigación, en una muestra de 160 adultos mayores de 65 años con al menos una comorbilidad y mayores de 75 en general, destaca que el plasma “es eficaz para evitar que el COVID-19 se transforme en una enfermedad respiratoria grave, si se administra en las primeras 72 horas de la aparición de síntomas”.