Galicia cierra las ciudades y limita las reuniones a cuatro personas | HUGO BARREIRO

Las nuevas restricciones por el COVID en Galicia dejarán a partir de este viernes 15 de enero las grandes ciudades gallegas cerradas perimetralmente hasta —probablemente— mediados de febrero, sin posibilidad de agruparse en almendras de varios concellos limítrofes dentro de las cuales circular. Además, las reuniones entre no convivientes quedan limitadas a cuatro personas, y el toque de queda se adelanta una hora, a las 22.00.

La tendencia de la epidemia de COVID-19 es “muy preocupante”, según advirtió ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y por ello, y a instancias del comité clínico reunido el martes, el nivel medio-alto de restricciones se aplica, con carácter general, para toda la comunidad. No es el confinamiento estricto de marzo, posiblemente porque las competencias autonómicas no lo permiten, pero se le parece mucho. Feijóo recalcó que “el único lugar seguro es la unidad familiar tradicional con la que se vive”, y que en todo lo demás “se incrementa de forma exponencial el riesgo de infección”, por lo que rogó a todos los gallegos a salir únicamente para lo esencial.

Para escenificar la gravedad de la situación, que será “muy dura” hasta mediados de febrero, no fue el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, quien desgranó en la sede de la Xunta las nuevas medidas en Galicia, sino el propio presidente autonómico. “La situación hospitalaria de Galicia es mejor hoy que cuando tomamos medidas en noviembre —explicó Feijóo—. Pero también es cierto que la progresión es peor que en noviembre”. Las UCIs tienen ahora un nivel de ocupación inferior en un 22% al inicio de la segunda onda, y las plantas de hospitalización están un 10% por debajo de los niveles que presentaban cuando se adoptó la batería de medidas para esa segunda ola. Sin embargo, Feijóo pidió no quedarse con esa “foto fija”, ya que “la progresión ha sido muy elevada en los últimos días”: la incidencia acumulada a 14 días “sigue en aumento de una forma notable y claramente preocupante: 325, prácticamente el doble que hace un mes”, subrayó.

Las proyecciones realizadas tanto por el comité clínico como por Saúde Pública son básicamente coincidentes: de no tomarse ninguna medida, el pico de la epidemia se produciría a finales de febrero, y la ocupación hospitalaria coincidiría con la que tuvo Galicia en el pico de abril, cuando se registró el máximo de ocupación de UCIs y camas hospitalarias. En concreto, la máxima ocupación en las áreas de críticos en Galicia se produjo el 4 de abril, con 177 pacientes en cuidados intensivos. Ahora hay 73, según los datos difundidos ayer por el Sergas. Sin embargo, como la tendencia es peor que la de noviembre, la Xunta ha querido “volver a anticiparse”, argumentó Feijóo, “tomando las medidas consecuentes”.

En el nivel medio-alto, aplicado de forma general a toda Galicia, la recomendación básica es que se limite la movilidad y se salga de casa solo para lo esencial: ir al médico, acudir a los colegios, cuidar de mayores y menores, comprar lo indispensable en comercios y ejercer la actividad laboral. El titular de la Xunta hizo hincapié en “que se recupere al máximo el teletrabajo, siempre que sea posible”.

Los concellos que se encuentren en el nivel medio-alto no se cierran, salvo Vigo, Pontevedra y Lugo. En estos tres casos sí hay cerrojazo municipal, explicó Feijóo, “dado el impacto por el número poblacional y el volumen de tránsito” de estas ciudades. A los alcaldes de Vigo y Pontevedra se les planteó ayer pasar ya al nivel máximo de restricciones, pero ambos regidores pidieron seguir en el nivel medio-alto. “No descartamos que en los próximos días pasen a restricción máxima”, advirtió el presidente de la Xunta.

Nivel máximo

En municipios con tendencia al alza especialmente intensa e incidencias superiores a 250 casos por cien mil habitantes en los últimos 14 días se decreta el nivel máximo de restricción. Son 33 concellos de más de 10.000 habitantes y otros 27 de menos de 10.000. En total, 60 municipios, el 47% de la población gallega. En los concellos perimetrados viven el 64,3% de los gallegos. Dentro de ese porcentaje, los concellos de hasta 10.000 habitantes pueden abrir la hostelería hasta las 18.00 horas, pero tienen cierre perimetral.

El presidente de la Xunta admitió que las medidas sanitarias son “complejas y tediosas” y que agravan la “fatiga pandémica” y el “cansancio social” después de diez meses tras el inicio del primer estado de alarma. “Sabemos que hay sectores especialmente castigados”, subrayó, en relación a la hostelería, el ocio y el turismo.

Llamó a “no cometer la autotrampa” de llevar los encuentros sociales en los bares a los domicilios después de las 18.00 horas, aunque la recomendación de no reunirse con los no convivientes abarca las 24 horas.

Alberto Núñez Feijóo lamentó la “incapacidad para prohibir” de la Xunta. “No tenemos fuerzas y cuerpos de seguridad dependientes de la comunidad, y las que hay tienen otros quehaceres y es muy difícil imponerlo”, resaltó. En este sentido, el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, avanzó ayer que unos 7.000 agentes de la Guardia Civil y la Policía Autonómica vigilarán que se cumplan las nuevas restricciones. Losada recordó que durante el periodo navideño las fuerzas y cuerpos de seguridad llevaron a cabo más de 9.000 operativos que se saldaron “con escasamente un 3% de denuncias”, y destacó la colaboración del Gobierno central con el Ejecutivo autonómico gallego en un momento “muy complicado”.

Nuevo máximo de positivos en un día: 1.047

El anuncio de las nuevas restricciones coincidió con el peor dato diario de positivos en Galicia desde el inicio de la epidemia: 1.047, según el último parte de la Consellería de Sanidade, que recoge datos contabilizados hasta las 18.00 horas del martes. Estas cifras marcan un incremento de 203 casos respecto al lunes y de 133 sobre el sábado 9 de enero, fecha del anterior máximo (914), y confirman el impacto de las celebraciones navideñas en esta tercera onda epidémica. Además del récord de nuevos casos diagnosticados de toda la epidemia, ayer se notificaron seis fallecimientos, que elevan el total a 1.480. Dos de ellos se produjeron en el área coruñesa: dos mujeres, de 84 y 88 años, ingresadas en el Hospital Universitario y el HM Modelo-Belén. Los casos activos son 9.479, cifras similares a la del 14 de noviembre, en la segunda ola, cuando se notificaron 9.554. De los 9.479 casos activos (669 más que la jornada anterior), el 94,6% pasa la infección en sus domicilios. Otros 438 (+17), el 4,6%, se encuentran en unidades de hospitalización; y 73 (+3), el 0,8%, reciben atención en UCI En total hay 511 enfermos de COVID-19 ingresados, 130 de ellos en A Coruña (trece más en un día), 22 en UCI. Las áreas sanitarias de A Coruña y Vigo superaron ayer por primera vez el umbral de los 200 contagios en un día, con 229 y 210, respectivamente. El aumento en la demarcación coruñesa es muy notable ya que el día anterior hubo 144 positivos.En cuanto a casos activos, el área de A Coruña cuenta con 2.260, 196 más que en el último recuento y vuelve a situarse como la más afectada de la comunidad; y Vigo, con 1.720, es la segunda más afectada al sumar 151 casos más. En la última jornada se realizaron 9.921 pruebas PCR y arrojaron una tasa de positividad del 11%, frente al 12,6 % del anterior registro. En residencias hay 332 usuarios contagiados (14 en Santa Teresa Jornet de A Coruña) y son 1.331 los casos vinculados a colegios.

“Hay menos contagios en los bares que en las reuniones familiares”

El presidente de la Xunta explicó que el Ejecutivo autonómico debe ser más estricto con los bares y restaurantes por una razón: “Son el único sitio, junto con los domicilios, en los que no se puede entrar, salvo autorización judicial, y en los que se puede quitar la mascarilla. Esto incrementa el riesgo exponencial”. Sin embargo, admitió que “es injusto estigmatizar a un sector, porque no hay más contagios en los bares que en las reuniones familiares”. “Yo me atrevería a decir, incluso, que hay menos contagios en los bares que en las reuniones familiares”, reconocía. Feijóo reiteró el compromiso de la Xunta de “estar al lado de un sector que sufre más que ninguno”. “Es duro pedirle a alguien que cierre su medio de vida, pero créanme, es inevitable. Nuestra obligación moral, ética y política es intentar que las UCIs no se colapsen”, indicó. Feijóo defendió que Galicia es una de las comunidades que más está ayudando al sector a través de “ayudas directas e incondicionadas”, que se han tramitado y entregado, en su opinión, con una “agilidad” inédita en la Xunta. “Dos días antes de terminar el plazo de presentación de solicitudes estaba abonado el 70% de las ayudas presentadas. Más de 14.700 negocios de hostelería recibieron apoyo económico directo. Supuso un desembolso de 21,5 millones”. Representantes de la hostelería se reunieron ayer con el vicepresidente Alfonso Rueda, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, y la titular de Emprego, María Jesús Lorenzana, para estudiar nuevas medidas. Tras el encuentro fuentes autonómicas explicaron que la Xunta garantizó que seguirá con las ayudas al sector mientras que los hosteleros demandaron un modelo similar al implantado en Valencia y crear un fondo para ayudas en el que participen la Xunta, las diputaciones y los concellos.