El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) contaba ayer con 26 pacientes COVID ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), una cifra que no deja de aumentar en los últimos días y que preocupa a los sanitarios. “Vivimos una situación crítica, similar sino peor que la de marzo”, alertaba en la mañana de ayer el jefe de la UCI del Chuac, David Freire, quien reconocía que el área de críticos reservada para pacientes con coronavirus ya está al 75% de su capacidad y que todos los días ingresa algún paciente nuevo, “cuando no son dos, tres o incluso cuatro”. Además, Freire resalta que “en ocasiones y más frecuentemente que en la primera ola”, quienes acaban ahora en la UCI tras contraer el virus son “personas más jóvenes y algunas sin patologías previas”.

Por todo ello y ante el aumento de la presión asistencial, Freire lanza un mensaje a la población para que “limite el contacto social”. “Esto es un problema que solo se soluciona con responsabilidad social. Sólo hay que salir de casa para lo estrictamente necesario: trabajar, ir al colegio, al médico o al supermercado”, indica este doctor, que asegura que si “no tenemos todo esto en cuenta, la pandemia podrá con nosotros”.

En cuanto al hospital, el responsable de la UCI también apela por limitar al máximo las visitas de familiares. “Solo debe ser un familiar, menor de 70 años y siempre que sea indispensable ir al hospital como por ejemplo para hablar con un médico o firmar un consentimiento”, sostiene.

Desde la Comisión de Centro del Chuac —que representa a los trabajadores del centro— ya se demandaba a finales del mes de octubre un mayor control sobre las visitas de familiares a pacientes hospitalizados ya que aseguraban que nadie se encargaba de garantizar que sólo acudiese un acompañante por enfermo ni de vigilar que quienes entren en el hospital se echen el gel hidroalcohólico o porten adecuadamente la mascarilla obligatoria.