El Gobierno podría decidir mañana que las comunidades puedan adelantar el toque de queda en una hora anterior al límite actual de las 22.00 horas. Así lo adelantó ayer la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, quien sugirió un posible retoque del decreto del estado de alarma tras la reunión del miércoles del Consejo Interterritorial de Salud (Cisns), órgano que reúne al Ministerio de Sanidad con los consejeros autonómicos del ramo. Esta ampliación sería, entonces, “una decisión de consenso”, no unilateral, según la ministra.

El Gobierno cede así ante el frente común de varias comunidades, como Castilla-La Mancha y Baleares, ambas gobernadas por el PSOE, y Galicia, Andalucía y Murcia, del PP, para poder ampliar esta medida.

Al mismo tiempo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, defendió en La Sexta el recurso del Gobierno ante el Tribunal Supremo (TS) por la decisión del Ejecutivo de Castilla y León, comunidad gobernada por el PP, de adelantar el toque de queda a las 22.00 horas. Con todo, agregó el titular de Sanidad, los ciudadanos de Castilla y León deben respetar lo acordado hasta que el alto tribunal se pronuncie, presumiblemente hoy.

La mayoría de gobiernos de las comunidades autónomas, tanto presididos por el PSOE, como Baleares y Castilla-La Mancha, como por el PP, como Galicia, Andalucía y Murcia, ven bien que las regiones puedan adelantar el inicio del toque de queda.

Castilla-La Mancha adelantó ayer el toque de queda a las 10 de la noche, y su presidente, Emiliano García-Paje, cree necesario modificar el decreto de estado de alarma para fijar esta prohibición en las 8 de la tarde. En similares términos se manifestaron los gobiernos de Baleares y Comunidad Valenciana, también gobernados por el PSOE, y los ejecutivos regionalistas de Cantabria y Canarias.

La postura del PP

Desde las filas del PP, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez, Feijóo reclamó el viernes al Gobierno que permita adelantar el toque de queda a las 18.00 horas. El presidente andaluz, Juanma Moreno, señaló ayer que el Gobierno “no tiene otra opción” que acceder. Su compañero de partido el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que adelantó el toque de queda en su comunidad autónoma desde el pasado sábado, pidió al Gobierno que “mueva ficha” y “modifique el estado de alarma para que no haya ningún tipo de controversia jurídica”.

Murcia lo ha pedido por carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reiteró que su gobierno “respeta cada decisión contra el virus que adopte cualquier comunidad”.

El líder del PP, Pablo Casado, comparó la actitud de Sánchez con la del “perro del hortelano”, pues “ni frena el virus ni deja a las comunidades hacerlo”.

Récord de contagios en fin de semana: 84.000, y 455 fallecidos

El Ministerio de Sanidad comunicó ayer el peor incremento de casos en toda la pandemia, 84.287 contagios desde el viernes, y un salto en la incidencia acumulada 114 puntos: de los 575 casos por cada 100.000 habitantes del viernes a los 689 actuales. Esto supone un 58% sobre los 435 del anterior lunes, que también fue de récord. Además, la cifra de fallecidos se incrementa en 455 hasta alcanzar los 53.769, y la ocupación de las UCI por pacientes con COVID-19 alcanza ya el 32,71%. Un total de 2.336.451 personas en España han dado positivo por coronavirus desde el inicio de la crisis sanitaria. A la luz de estos datos, el portavoz del Gobierno en esta epidemia, Fernando Simón, reiteró que estamos llegando al pico máximo antes de la “fase de meseta o descenso”, algo que ya dijo la semana pasada. “Estamos en el punto álgido de la epidemia, o incluso descendiendo —aseguró—. Los incrementos diarios son cada vez menores, estamos cerca del pico, si no estamos ya en él”, dijo Simón, que comenzó su intervención advirtiendo que “los datos son menos sólidos hoy [por ayer], porque es lunes”. El epidemiólogo admitió que estamos “en niveles por encima de la segunda ola”, pero matizó que ahora “tenemos cada vez más inmunes, y eso nos da una perspectiva diferente a octubre”. Sobre la variante británica del virus, dijo que “no es fácil ni aquí ni en ningún país determinar su nivel de circulación”, pero calculó que la prevalencia de la variante británica en España “está muy por debajo del 5%, como máximo”. Aun así, dijo que “es muy probable que progresivamente vaya ocupando el espacio” e imponiéndose sobre otras variantes del SARS-CoV-2, como ha ocurrido en Reino Unido e Irlanda.