Galicia es una de las comunidades autónomas que quiere ampliar el toque de queda para frenar los contagios desbocados de la pandemia. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, considera “razonable” que se permita a las comunidades autónomas extender más aún el toque de queda, incluso hasta las 18.00 horas como acaba de hacer Francia, y decretar confinamientos “al menos municipales”. La ampliación del toque de queda, actualmente entre las 22.00 horas y las seis de la mañana, es para muchos científicos gallegos insuficiente en este momento, y evalúan ya la necesidad de otro confinamiento domiciliario como el de la pasada primavera.

Juan Gestal, epidemiólogo y catedrático emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidade de Santiago, apunta que se trata de una medida “que disminuye las posibilidades de contagio interpersonal”. Explica que disminuir la movilidad con los contactos interpersonales es lo mejor, pero cree que no es la solución: “Están dándole vueltas en vez de ir a resolver el problema y, mientras tanto, éste se va agravando. Es una enfermedad con crecimiento exponencial y la solución es otro confinamiento. En principio yo lo plantearía de cuatro semanas y dejaría abiertas las escuelas de Infantil, Primaria y si es posible ESO. Cerraría la Universidad y dejaría abierto solo lo esencial”. En sentido similar se pronuncia el profesor de Virología y Epidemiología en la Universidade de Santiago Carlos Pereira. “No podemos trasladar las reuniones del bar a los domicilios, porque vamos a estar igual. No digo que el toque de queda sea ineficaz, sino que no es suficiente”, sostiene.

Francisco Caamaño, epidemiólogo y profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidade de Santiago, considero “una excelente idea, muy razonable,” adelantar el toque de queda. “Hay que conseguir que la gente se mueva el mínimo, que entienda que se trata de salir de casa para ir al trabajo, dar un paseo familiar con convivientes en zonas apartadas, comprar y atender las cosas esenciales”.

Por su parte, el investigador del CSIC Antonio Figueras se muestra “radicalmente” en contra de otro confinamiento domiciliario como el de marzo pues cree que no se dan las circunstancias: “Hay que adoptar medidas flexibles y ágiles de implantar en función de los datos de cada territorio y en cada momento. En Galicia hay grandes diferencias y no se puede imponer las mismas medidas en pueblos del interior de Lugo y Ourense, sin apenas contagios, que en las grandes ciudades. ¿Vamos a hacer de verdad eso?”, cuestiona.