El COVID no pasó factura a los trasplantes en Galicia. Al menos, no tanto como en el conjunto del Estado, donde estas intervenciones descendieron casi un 19%. En el caso de la comunidad gallega el recorte fue de un 7% y, además, las cifras de 2020 se medían no solo con el coronavirus, sino también con un año de récord, dado que en 2019, como en el ejercicio previo, se había batido un récord con 354 trasplantes. En 2020, el número bajó a 328, pero, aun así, Galicia logró un par de hitos “especialmente destacables” en este campo: lideró los trasplantes de corazón en el país —con casi una treintena de pacientes— y en el caso del pulmón, la cifra, 53, la situó en segundo puesto. Además, en pulmón se alcanzó el máximo desde 1999, cuando comenzó ese programa.

Los resultados se los atribuyeron desde el Sergas, además de a la “solidaridad de las familias”, como dijo la directora de la Axencia de Doazón de Órganos e Sangue, Marisa López, al “enorme trabajo” de los profesionales sanitarios que dado que, como explica la Consellería de Sanidade en un comunicado, “pese a estar en primera línea de lucha” contra la pandemia, “siguieron trabajando en busca de donaciones y, por tanto, trasplantes para nuestros enfermos”. Precisamente las donaciones registraron también un descenso con respecto a los números de 2019: fueron 110, frente a las 136 del ejercicio previo, pero entonces Galicia también podía presumir de haber superado su propia marca.

En el otro lado de la balanza, se encuentra el porcentaje de negativas familiares, que el año pasado se situó al borde del 20 por ciento, casi seis puntos más que la media estatal. La Xunta prefiere leer la cifra con ánimo positivo: se confirma, señala, la tendencia “descendiente” de los rechazos, pese al “pequeño repunte producido”. Y es que también en 2019 Galicia había registrado su mínimo histórico de “noes” por parte de parientes de fallecidos: un 13,4 por ciento. Preguntada al respecto, López no descartó que el aumento de negativas estuviera vinculado a la situación “compleja” vivida en las UCI por el coronavirus, en las que “no se recomendaba el acompañamiento”, informa Europa Press.

Con todo, el número de donantes aguantó en Galicia por encima de los 40 por millón de habitantes, tres puntos por encima del promedio estatal, si bien ya no está, como sí ocurría en 2019, entre las comunidades que superan el 50 (Cantabria, Navarra, Canarias, País Vasco y Murcia). La edad media de los donantes va, en general, a más: 60,7 años, cuatro más que en 2000.

Mientras, más de 200 gallegos esperan todavía por una de estas intervenciones, sobre todo de riñón. Este órgano protagonizó, como en años pasados, el grueso de las intervenciones en los hospitales gallegos, con 141; seguido por el hígado, con 103 casos; pulmón (53); corazón (29) y páncreas, con dos. Su total, esos 328 trasplantes mencionados, son solo una pequeña parte de todos los que han practicado los hospitales gallegos desde que hicieron la primera operación de este tipo, en 1981, hasta final de 2020, un total de 8.623. En el listado estatal de mayor actividad en 2020 se incluye un centro gallego, el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), número uno en trasplantes cardíacos.

Además de Marisa López, expusieron los datos en Santiago Jorge Aboal, director xeral de Asistencia Sanitaria del Sergas, y la coordinadora autonómica de trasplantes, Encarnación Bouzas. En el encuentro también informaron de cuántos gallegos poseen tarjeta de donantes de órganos, que superan ya los 118.000, y de ellos más de dos mil se dieron de alta en 2020, una media de seis por día.

Por otro lado, desde el Gobierno central apuntan que el programa de intercambio de órganos entre comunidades facilitó 1.125 trasplantes, casi el 28% de los realizados. En el caso de Galicia, se recibieron 102 órganos y se enviaron a otros lugares 74.