El estudio CovidBens contabiliza un total de 7.600 portadores del virus entre los concellos que vierten sus aguas residuales a la depuradora de Bens: Oleiros, Cambre, Culleredo, Arteixo y A Coruña. Se trata de los resultados del proyecto de investigación que analiza la carga viral presente en las aguas residuales y lodos de la Edar de Bens para conocer la evolución real de la pandemia. Según aseguró ayer la alcaldesa coruñesa, Inés Rey, los datos son “muy preocupantes” e insta a la ciudadanía a evitar los contactos sociales y restringirlos solo a los convivientes.

“El incremento de los contagios es muy preocupante y gracias a este proyecto podemos anticiparnos a los brotes dos semanas antes que los datos clínicos, atendiendo a la información que se desprende de las aguas residuales”, asegura.

El estudio CovidBens puede adelantarse dos semanas con respecto a los datos sanitarios y detectar un brote. Se realiza desde abril de 2020 para conocer la evolución de la epidemia y determinar el número de personas portadoras de coronavirus en el área metropolitana de A Coruña.

En el procedimiento se emplean una serie de modelos estadísticos que permiten estimar el número de portadores a partir de la carga viral presente en el agua. Los datos son actualizados cada semana.

Por otra parte, Investigadores de la Universidade de Santiago (USC) han desarrollado una metodología para la vigilancia y detección también en aguas residuales del SARS-CoV-2. Dicha técnica la están aplicando en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos. El profesor Juan Lema Rodicio, desde el centro singular Cretus, lidera este proyecto basado, como informa un comunicado, en el estudio de la presencia de material genético del patógeno en los lodos de las plantas depuradoras, donde se concentra la carga viral. El estudio recibió apoyo de la línea del programa de micromecenazgos Sumo Valor, destinada a combatir y paliar los efectos de la crisis sanitaria.

Rodicio cuenta que, desde el inicio de la emergencia, cuando en Holanda se descubrió la presencia de material genético del virus en aguas residuales, se pusieron a trabajar sobre ello con un seguimiento en Ourense y Santiago.