Los científicos internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzaron ayer su misión sobre el terreno para investigar el origen del SARS-CoV-2 en Wuhan sin declaraciones, sin información sobre su agenda, y en medio de una considerable opacidad.

China y la organización de salud internacional no ofrecieron ningún detalle sobre la hora en que iban a concluir su cuarentena en un modesto hotel de la capital de Hubei, ni sobre el programa previsto de la misión, ni tampoco sobre dónde se iban a alojar en la ciudad una vez acabado el confinamiento.

Además, tras más de nueve horas de espera ante las vallas que rodeaban el lugar de cuarentena, los informadores vieron cómo aparcaban varios vehículos delante de ellos para impedir que se filmara a los miembros de la misión cuando subían al autobús que les llevaría, ya bien entrada la tarde, a su nuevo alojamiento, un hotel de lujo en las afueras de la ciudad, con una zona también vallada y acordonada.

Lo poco que se supo de la actividad de la misión durante las dos semanas de cuarentena fue a través de los mensajes que algunos de sus miembros escribieron ayer en la red social Twitter.

“¿En cuarentena? Ninguno. Reuniones de 10-13 horas cada día, más tiempo para discusiones, correos electrónicos, etc. Ningún tiempo para libros, películas o algo parecido”, respondía Ben Embarek, líder de la misión, a quien le preguntaba cuántos libros había leído durante el confinamiento.

Por su parte, el director regional para Europa de la OMS, Hans Kluge, afirmó en una rueda de prensa en Copenhague que los 14 días de confinamiento habían sido “productivos” y que la misión había sido preparada por sus colegas chinos en diferentes asuntos. “Ha habido, cada día, muchas, muchas horas de presentaciones e intercambio de datos”, explicó.

El acceso completo a los datos de los expertos chinos por parte de sus colegas internacionales, así como a todos los lugares de interés para la investigación son las principales demandas de los países occidentales para que la misión pueda ser eficaz.

El equipo de investigación desplazado a Wuhan —integrado por miembros de la OMS y otros científicos internacionales— incluye expertos de EE UU, Japón, Rusia, Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Alemania, Australia, Vietnam y Catar.

Ben Emabarek es el principal experto en enfermedades de transmisión animal de la organización internacional de salud.

En la misión también figuran otros especialistas de reconocido prestigio como la viróloga holandesa Mariom Koopmans, el microbiólogo y veterinario alemán Fabian Leendertz o el zoólogo británico Peter Daszak, que investigó hace años los coronavirus de murciélagos en China.

Los expertos visitarán junto a sus colegas chinos el mercado wuhanés de pescados y mariscos de Huanan, uno de los focos del brote, que está clausurado desde hace más de un año, y posiblemente otros lugares clave de la ciudad como el Instituto de Virología de Wuhan y su laboratorio P4 de máxima seguridad, aunque se desconoce cuándo lo harán.

También tienen previsto examinar los registros de los hospitales de Wuhan o las muestras de aguas residuales y donaciones de sangre, además de visitar granjas de animales salvajes y entrevistar a los primeros pacientes, que se detectaron en la ciudad entre el 9 y el 12 de diciembre, según las autoridades chinas.