Tras una semana plagada de polémica, mucha tensión y un creciente malestar por la reducción de las vacunas contra el COVID que AstraZeneca entregará a la Unión Europea durante este primer trimestre del año, la Comisión Europea publicó el viernes el contrato confidencial de compra anticipada cerrado a finales de agosto con la empresa anglosueca para la adquisición de 300 millones de dosis de su antígeno —más 100 millones adicionales opcionales—aunque sin revelar información clave del mismo como costes, precios o plazos de entrega, que aparecen tachados a petición de la empresa. El documento sí desvela, no obstante, el compromiso de la empresa a entregar las vacunas desde cualquiera de las plantas de producción recogidas en el contrato, incluidas las del Reino Unido.

El acuerdo incluye el compromiso a entregar más de 100 millones de dosis durante los tres primeros meses de este año aunque la versión publicada no permite verificar esta cifra porque aparece censurada, lo mismo que el calendario de entregas. El 95% de las partes ocultadas, según han explicado fuentes comunitarias, ha sido censurado a petición de la empresa para mantener la confidencialidad. La Comisión Europea, por su parte, ha pedido ocultar únicamente dos párrafos de las 41 páginas del texto para proteger otras negociaciones en curso.

Borrado digital

Pese a los tachones, el borrado digital no ha impedido finalmente descubrir algunos elementos del contrato publicado en pdf. Por ejemplo, según ha podido comprobar este diario, aunque la cantidad avanzada por la UE es de 336 millones, el coste total del acuerdo asciende a 870 millones de euros, incluyendo gastos directos e indirectos.

La polémica sobre el contrato surgió la semana pasada cuando la empresa anunció por sorpresa la imposibilidad de entregar el volumen de dosis de la vacuna acordado con los Veintisiete y anunció un recorte del mismo —de un 75% de lo previsto inicialmente— debido a problemas de fabricación en su planta de Bélgica. Bruselas lanzó entonces una dura ofensiva al más alto nivel político para exigir las dosis prometidas, recordando que el contrato prevé el suministro desde cuatro plantas, incluidas las dos situadas en territorio británico, y no solo desde la fábrica belga.

Plantas en Reino Unido

El consejero delegado de la compañía, Pascal Soriot, rechazó esta posibilidad a principios de semana alegando que el Reino Unido tiene prioridad en este suministro porque firmó el contrato de compra tres meses antes de que la UE rubricara el suyo. El documento desvelado ayer, sin embargo, confirma el compromiso de la empresa de realizar “el mejor esfuerzo razonable” para producir las dosis iniciales que se distribuirán en la UE y a producirlas no solo en las plantas ubicadas en territorio de la UE, sino también en las del Reino Unido.

Concretamente, el texto señala en su punto 5.4 que la empresa se compromete a realizar “el mejor esfuerzo razonable posible para producir las vacunas en las plantas de fabricación situadas en la UE (que a efectos únicamente de esta sección incluirá al Reino Unido)”. El texto también aclara en su punto 13.1 que AstraZeneca no tiene ninguna obligación contractual o de otro tipo con terceros que pueda entrar en conflicto con el abastecimiento acordado con la UE. Estos dos elementos sirven a Bruselas para reafirmar su posición de que las fábricas británicas también tienen que producir las dosis destinadas a los Veintisiete.

El texto precisa asimismo que, por “mejor esfuerzo razonable”, la empresa debe entender cómo “las actividades y el grado de esfuerzo que una empresa de tamaño similar y con una infraestructura de similar tamaño y recursos llevaría a cabo o usaría en el desarrollo y producción de la vacuna en el momento relevante de desarrollo o comercialización teniendo en cuenta la necesidad urgente” de la misma para acabar con una pandemia global. Según advirtió esta semana Soriot, esto no supone un compromiso contractual, algo que Bruselas rechaza rotundamente.

Si la empresa no puede cumplir con lo estipulado, el pacto prevé la posibilidad de que la Comisión o los estados miembros presenten alternativas con una lista de posibles fabricantes en territorio comunitario para acelerar la producción. El documento también señala que en caso de que las vacunas no se suministren o se entreguen tarde, la obligación de pago queda suspendida.

La publicación del contrato ha coincidido con la presentación del nuevo mecanismo de transparencia y autorización con el que Bruselas aspira a controlar la exportación de vacunas fuera de la Unión Europea por parte las empresas con las que haya firmado acuerdos de compra anticipada (APA en inglés). “Los desafíos a los que nos enfrentamos no nos dejan otra opción que actuar. Las vacunas son clave para la recuperación y controlar la pandemia”, justificó el vicepresidente ejecutivo Valdis Domvrovskis sobre un instrumento que permitirá bloquear las exportaciones si se considera que se incumplen los pactos con la Unión Europea.

Esto significa que las empresas con acuerdos con la UE tendrán que informar a las autoridades aduaneras de los estados miembros el volumen de vacunas para exportar y el destino. El país, en coordinación con la Comisión Europea, tomará una decisión sobre si autorizar el envío o no en menos de 48 horas. El mecanismo estará en vigor, en principio, hasta el 31 de marzo.