En lo que va de pandemia, Amazon ha doblado los beneficios de 2019. Para unos el coloso de Jeff Bezos es una bendición —trae cualquier cosa a casa en tiempo récord— y para otros es una trituradora del comercio tradicional. Al frente del negocio en España e Italia está Mariangela Marseglia (Ostuni, Italia, 1974), la única country manager mujer del gigante del cibercomercio en Europa.

Lady Amazon la llaman.

Soy normalísima. Quizá porque crecí en un pequeño pueblo de Apulia, al sur de Italia, siempre sentí una enorme curiosidad. Fantaseaba con ver mundo. A los 19 años me mudé a Milán y fui cogiendo oportunidades que me permitían viajar y hacer cosas distintas. Y ese espíritu se mantiene: yo no busco ser la jefa de Amazon, sino emprender.

Curiosos hay muchos y usted está arriba.

Si no vienes de una familia influyente —mi padre era profesor de secundaria—, debes prepararte mucho y sin cesar. Y tienes que adaptarte continuamente a las situaciones cambiantes, una capacidad muy femenina por cierto. La naturaleza lo explica bien: sobrevive mejor el que anticipa los sucesos. Hoy eso es más importante que las habilidades.

¿Tiene vida fuera de Amazon?

Por supuesto. Este enero he empezado mi nueva aventura: la apicultura urbana.

¿Abejas?

Me chiflan. Nuestra cadena alimentaria depende de ellas y están desapareciendo. He empezado a cultivarlas en mi terraza y estudio para mejorar su cuidado. También estoy involucrada en asociaciones [una de ellas, Astera, está dedicada al alzhéimer, enfermedad que diezmó a su padre] y en la lucha por los derechos civiles.

Por ejemplo, los del colectivo LGTBI, del que es miembro.

A mi juicio, ser un miembro del colectivo LGTBI es un valor añadido para cualquier jefe de una compañía, porque en la sociedad actual, sobre todo en la órbita de las tecnológicas, los jóvenes reclaman trabajar en un ambiente inclusivo. En los años 80 y 90 solo había un modelo de éxito —el del macho patriarcal—, hoy debe incluir todas las perspectivas.

¿No sintió terror a salir del armario?

Sí. Cuando empecé a trabajar en Amazon no dije nada a nadie. En Italia era muy difícil. Pero viajé a EE UU, a la central, mi jefe me invitó a una cena y me dijo que podía llevar a mi special one. Pensé: “¿Qué hago? Si digo que voy sola parecerá que no tengo vida”. “Vendré con mi compañera”, respondí, y vi que le importaba un bledo. Empecé a decirlo y pude concentrar todas mis energías en mi trabajo sin pensar en qué decía o hacía.

Usted y su pareja son madres.

Sí. Leonardo, que fue concebido en una clínica de Barcelona, es un niño de año y medio hermoso y muy decidido.

Imagine que a los 18 años decide ser repartidor de Amazon.

Yo le deseo una vida de artista, porque tenemos necesidad de belleza, pero si ser repartidor le hace feliz, me parecerá bien.

Iba con segundas.

Lo sé. Es un trabajo duro, pero no es como lo describen algunos medios. Tenemos unos criterios de seguridad laboral que aceptaría para mi propio hijo. Yo misma he hecho reparto y he trabajado en los almacenes. Pueden surgir problemas, sí, porque en algunas empresas que trabajan con nosotros hay terceros. Si nos enteramos de malas prácticas, actuamos inmediatamente.

Sea como sea, la mayoría pierde y Jeff Bezos gana sin apenas rival.

La realidad es que más del 50% de lo que vendemos procede de pequeños negocios (2.000 de Cataluña). Durante la pandemia, cuando bajaron persianas, utilizaron la plataforma para continuar con su actividad.

Amazon controla nuestros deseos.

Hay un concepto un poco distópico de la compañía. Amazon ofrece posibilidades y nosotros debemos saber controlar nuestros deseos, ¿no cree? El mundo de hoy requiere mucha autoconciencia.

Una cosa. ¿Ha conocido al Jefe?

No somos íntimos, ¿eh? Pero lo he visto en acción y puedo decir que es extraordinariamente inteligente y bastante reservado.

¿Qué es ser inteligente en el negocio?

Inteligencia es la capacidad de comprender el contexto y las personas. A Bezos no le preocupa lo que sucede ahora, siempre mira hacia adelante. Sabe que si no anticipamos lo que sucederá en el planeta, las consecuencias tendrán un impacto en el business.

¿Y usted qué anticipa?

Soy optimista. Aunque estemos en medio de una crisis brutal, tenemos una oportunidad de cambio a través de lo digital, los cuidados y el respeto a la diversidad. Debemos concentrarnos en la sociedad que queremos y no en volver a la que perdimos.