Reconoce que, como “a todos”, la pandemia que llegó a nuestras vidas hace casi un año les pilló “con el pie cambiado” pero rápidamente supieron adaptarse a la nueva realidad. Con actividades online durante el confinamiento y desde hace meses ya con los centros abiertos, las entidades que conforman Down Galicia siguen su día a día de apoyo a las personas con síndrome de Down con los protocolos de seguridad que marca la crisis sanitaria. Su presidente, Delmiro Prieto, alaba “la responsabilidad” del colectivo a la hora de cumplir las medidas de protección. “Nos dan ejemplo a todos”, asegura.

¿Por qué este colectivo es más vulnerable al virus a edades más tempranas?

El síndrome de Down es una alteración genética y esta es la evolución natural, tienen un envejecimiento adelantado, antes que el resto de la población y como sabemos que el COVID es más virulento en los mayores... Ocurre que los procesos que se dan en personas de 70 u 80 año, en síndrome de Down se dan en quien ronda los 50. Pero el hecho de tener síndrome de Down no supone tener un riesgo adicional, antes de los 40 o 50 es igual que para el resto de la población.

¿Están de acuerdo, entonces, en la recomendación de los médicos de vacunarse contra el COVID?

Tenemos que guiarnos por lo que dice la ciencia y a partir de cierta edad si aumenta el riesgo, lo vemos adecuado.

Reino Unido considera a todo el colectivo como grupo de riesgo y hace unos meses dictó su confinamiento. ¿Qué les parece?

No tiene sentido porque salvo a determinadas edades el riesgo es similar al del resto de la población, solo aumenta si hay patologías previas como diabetes u obesidad. Además, el nivel de responsabilidad de las personas con síndrome de Down con las medidas de protección es muy alto. Siguen las pautas y normas a rajatabla, nos dan ejemplo a los demás.

¿Cómo se vivió la pandemia en las asociaciones?

Cuando surgió todo esto hace un año nos pilló, como a todos, con el pie cambiado y lo vivimos de forma natural. Todos estábamos algo asustados y nos fuimos adaptando y tomando las medidas de precaución. En el confinamiento las actividades fueron online pero ahí vimos una gran brecha digital a la hora de poder acceder y después al abrir, los usuarios estaban muy contentos de poder volver, con muchas ganas de retomar las relaciones sociales. Todo se hace en grupos más reducidos y según los protocolos.