El primer chequeo realizado al robot Perseverance de la NASA tras su llegada a Marte revela que sus sistemas que se encuentran en buen estado tras el aterrizaje en el planeta rojo en la noche del pasado jueves. El vehículo buscará signos de vida microbiana antigua, recolectará muestras de roca y regolito (roca rota y polvo) cuidadosamente seleccionadas para su regreso futuro a la Tierra, caracterizará la geología y el clima de Marte y allanará el camino para la exploración humana in situ.

Su destino es una cuenca donde los científicos creen que un antiguo río desembocaba en un lago y depositaba sedimentos en forma de abanico conocido como delta. Los científicos consideran que el medio ambiente en esa zona probablemente haya conservado signos de cualquier vida que se afianzara hace miles de millones de años. Esos vestigios de vida remota, y no actual, son los que busca Perseverence.

El robot envió ayer las primeras fotografías en color de Marte desde su llegada, imágenes que fueron tomadas desde su punto de llegada al cráter Jezero del planeta rojo. En una panorámica se aprecia un paisaje llano, dominado por una superficie arenosa de la que emergen algunas rocas y piedras de menor tamaño. Al fondo se aprecia una elevación en el terreno.

En un encuentro informativo sobre el estatus del rover tras sus primeras horas en el suelo de Marte, se publicó también una imagen tomada con una cámara instalada en el jetpack, la estructura con retrocohetes desde la que se dejó caer Perseverance atado con cables de nailon desde una grúa. La fotografía, también en color, captura al robot explorador de la NASA aún en el aire, justo antes de que sus ruedas tocaran el suelo.