Pese a que el dictamen del Consello Económico e Social de Galicia (CES) no es vinculante para el proyecto de apertura de la universidad privada de Abanca, las deficiencias detectadas en su informe sí pueden entorpecer su desarrollo. De ahí que el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, asegurara ayer, al respecto, que Abanca deberá corregir esas “carencias” para continuar con su iniciativa académica. “Tendrán que ser subsanadas para poder seguir”, advirtió ayer el responsable de Educación del Gobierno gallego.

El CES evitó en su informe avalar la creación de la primera universidad privada de Galicia al albergar reservas por el hecho de que no se especifica cuáles son las titulaciones oficiales ofertadas y por recoger la impartición de un grado por un instituto universitario cuando este último debe estar destinado a I+D+i. No obstante, la resolución general contó con dos votos particulares por no haber consenso en el seno del CES. Por un lado, los sindicatos fueron mucho allá en sus críticas al expresar su rechazo a la universidad privada y calificarla como “nefasta” para el interés público y la población. Y por otro, los empresarios respaldaron con rotundidad la implantación de la institución académica de Abanca.

El conselleiro indicó, a preguntas de los periodistas en un acto público, que el informe del CES, que es “uno más” del proceso que tiene que superar el proyecto de creación de la universidad, señala “una serie de carencias”. “Entendemos que en los siguientes pasos del proceso tendrán que ser subsanadas para poder seguir”, comentó Román Rodríguez, quien añadió que algunas de estas carencias ya fueron señaladas en el informe emitido por el Ministerio de Universidades, “que por lo que parece, son más de carácter de procedimiento técnico y administrativo”.

En concreto, las deficiencias apuntadas por el Consello Económico e Social hacen referencia a que el catálogo de titulaciones anunciado inicialmente por la universidad de Abanca no sería complementario con la oferta ya existente en Galicia, lo que iría en contra de la Lei do Sistema Universitario de Galicia; a que falta un plan de desarrollo de las titulaciones por cada rama de conocimiento que debería recoger la relación de estudios propuestos, la previsión de plazas, el calendario de implantación de las enseñanzas y los correspondientes centros, así como los medios específicos con que se contará; y a que los institutos universitarios no pueden impartir grados, ya que este tipo de centro está asociado exclusivamente a I+D+i y a la docencia en postgrado y doctorado.

La Universidad Intercontinental de la Empresa —ese será su nombre—, tenía previsto inicialmente comenzar a funcionar este año, pero lo más probable es que arranque en el curso 2022-2023 si cumple con todos los requisitos legales, entre los que estarán, por otra parte, duplicar su oferta de estudios en un plazo de cuatro años, según el borrador del nuevo real decreto del Gobierno central que regulará la apertura de universidades privadas en España.

Como pasos previos, el proyecto aún debe ser aprobado por el Consello de la Xunta y por el Parlamento gallego, ya que la autorización se está tramitando como ley.