Marzo comenzó ayer en Galicia con un nivel de contagiados de COVID-19 que iguala los registros anteriores al inicio de la tercera ola. Sin embargo, la situación en los hospitales no es tan optimista: aunque los ingresos han caído notablemente en las últimas semanas, la ocupación todavía se mantiene alta, con índices equiparables a la escalada posnavideña. El total de personas con el virus bajó ayer hasta 5.207 (-278), un 77% menos que en el pico de la pandemia (alcanzado el 31 de enero con 22.608 infectados).

En cuanto a los fallecidos, el Sergas comunicó ayer 14: uno correspondiente al día de ayer, 8 del día 28 de febrero, 4 del 27 y 1 del 26. La cifra total asciende a 2.252.

Frente a la caída en picado de los casos activos, los hospitales contienen el aliento: se ha incrementado ligeramente la presión asistencial, con cuatro ingresados más hasta los 536, un dato similar al registrado a mediados de enero, antes de que el virus alcanzase su techo histórico de hospitalizaciones. Este incremento ha afectado únicamente a los pacientes en planta, que suben a 431 (+7). Mientras, los enfermos graves caen a 105 (-3). Aunque el alza no es alarmante, el hecho de que se produzca por segundo día consecutivo lleva a mantenerse vigilante ante la evolución durante los próximos días, especialmente tras el primer fin de semana de alivio de las restricciones.