“No hay ninguna vacuna que no tenga efectos adversos”, dijo hace días el secretario de Salut Pública de Cataluña, Josep Maria Argimon.

Es más: “Todos los medicamentos, incluidas las vacunas, tienen efectos adversos”, señala por su parte Maria Perelló, responsable del centro de información del medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.

Perelló destaca que hay tres medicamentos de uso común que conllevan un riesgo de tromboembolismo: los anticonceptivos orales, los corticoides y los inmunsupresores. “No es una reacción adversa frecuente, pero sí se ha presentado en algunos casos”, precisa. Por ejemplo, las mujeres fumadoras y sedentarias tienen más riesgo de sufrir un tromboembolismo asociado a los anticonceptivos orales. De hecho, como norma general, la píldora anticonceptiva se desaconseja en “mujeres mayores de 35 años que fuman más de 15 cigarrillos al día”, explica la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE). Y, aun así, el riesgo es “poquito”.

“Una mujer que no tiene antecedentes cercanos, que fuma poco y tiene menos de 35 años casi no tiene riesgo de sufrir un trombo. El peligro de dejar de tomar la píldora es mayor”, añaden fuentes de la FPFE. Según datos de esta federación solo dos mujeres de cada 10.000 usuarias de la píldoras al año sufren un ictus trombótico y solo una de cada 10.000 al año sufre un infarto de miocardio.

Valoración médica

Itzíar García Ruiz, del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Vall d’Hebron, destaca que antes de tomar anticonceptivos orales es necesaria una buena “valoración médica”. “No hay ningún fármaco inocuo”, valora.

“Los anticonceptivos, que tomamos desde hace un montón de año, se pueden asociar a un riesgo de trombosis. Algunos son más seguros que otros. ¿Qué mujeres pueden hacer trombosis? Las que tienen factores de riesgo: son fumadoras, tienen obesidad o antecedentes familiares”, destaca la ginecóloga. En las mayores de 35 años y con factores de riesgo se aconseja utilizar preservativos o un dispositivo intrauterino (DIU).

Según García Ruiz, la mayoría de episodios trombóticos aparecen al inicio de la ingesta de fármacos. “No son tan frecuentes si llevas años tomándolos”, dice. “Los anticonceptivos mejoran las condiciones de vida de la mujer. Pero deben ser un tratamiento bien indicado”, asegura.

“También los corticoides como la prednisona pueden causar este efecto de trombo o embolia. Y los inmunosupresores como el tofacitinib, para los casos de artritis reumatoide, colitis ulcerosa o enfermedades inmunitarias”, cuenta Perelló.

A estos se les suman antipsicóticos como la olanzapina o la quetiapina. “Pero, siempre, en todos los casos, la tromboembolia es poco frecuente”, subraya.

Diuréticos

Incluso los medicamentos diuréticos, en aquellas personas que tienen hipertensión y que los consumen en exceso, pueden provocar una trombosis. “Solo ocurre en determinadas situaciones: si la persona es muy mayor, si consume diuréticos demasiado, tiene más riesgo”, dice Perelló. Ella destaca que, más allá del tipo de medicamento, hay un “grupo de pacientes” con más riesgo de sufrir tromboembolismo: las personas mayores, sedentarias, con alguna patología de base y, por ejemplo, con colesterol alto.

Incluso de uso común

El riesgo cero, de hecho, no existe ni siquiera con medicamentos de uso común como el paracetamol o el ibuprofeno. En dosis altas, el paracetamol puede tener una “afectación hepática”. El ibuprofeno puede provocar “molestias intestinales” e incluso “úlceras” (aunque esto último es un “extremo”).

Y la aspirina puede causar “úlceras, hemorragias gastrointestinales, dolores abdominales y urticaria”, señala Perelló.