La secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejcinovic, tiene dudas sobre el certificado de vacunación contra el COVID que prepara la Unión Europea porque puede ser “discriminatorio” ya que abre la puerta a un trato distinto de las personas en función de su situación sanitaria.En un mensaje remitido ayer a la comisión permanente de la Asamblea Parlamentaria del organismo, Pejcinovic señala que “las diferencias injustificadas en el trato a las personas basado en su estado de salud puede, en última instancia, plantear problemas de discriminación”. “Cualquier documento que dé acceso a la gente vacunada a derechos, servicios y lugares es problemático, si ese acceso sigue prohibido a aquellos que no pueden ser vacunados”, advierte, amparándose en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en la Carta Social Europea.

Insiste en que los que diseñan sistemas como el presentado por la Comisión Europea el pasado miércoles “deben tener en cuenta estas consideraciones” y también “el derecho a la privacidad y la protección de datos”.

La secretaria general del Consejo de Europa recuerda que el Convenio de Oviedo sobre Derechos Humanos y Biomedicina “deja claro que cualquier intervención médica debe estar sujeta al consentimiento libre e informado del paciente”. También que el Convenio Europeo de Derechos Humanos impone un control legal estricto de cualquier medida obligatoria en terrenos sensibles como la salud, que debe ser proporcionada. Sobre esas bases, Pejcinovic lanza una serie de cuestiones a debate, empezando por si sería aceptable imponer la vacunación para toda la población o para grupos específicos o si los gobiernos podrían dar certificados de vacunación.