El comité clínico de la Consellería de Sanidade anunció anoche cambios en las restricciones por el COVID en diferentes ayuntamientos del área sanitaria de A Coruña y Cee. La peor parte se la lleva Abegondo, que entra en nivel alto de medidas, lo que implica que, a partir de las 00.00 horas del viernes, la hostelería solo podrá servir en las terrazas y con un aforo del 50%. En el extremo opuesto Arteixo, que baja al nivel medio, lo cual supone que bares y restaurantes de ese municipio podrán reabrir su interior con un aforo del 30% (en las terrazas, se mantiene al 50%), después de dos meses; y Sobrado, que desciende al nivel bajo, lo que se traduce en una ampliación del aforo interior de los locales al 50%, y del de las terrazas, al 75%.

Al mismo escalafón al que baja el concello arteixán, suben Betanzos y A Laracha, hasta ahora en nivel bajo de restricciones. La ciudad de A Coruña, Culleredo y Bergondo se mantienen en ese nivel medio, al igual que los municipios de Ponteceso, Camariñas y Laxe, en la comarcas de Bergantiños y A Costa da Morte.

El comité clínico de Sanidade acordó ayer, también, que los municipios gallegos de Beade y Maside tengan que cumplir el nivel máximo de restricciones, con cierre perimetral, reuniones solo de convivientes y hostelería cerrada. En nivel alto estarán, además de Abegondo, Neda, Ortigueira, Sanxenxo, Baiona, Viladervós y O Saviñao.

En nivel medio, aparte de la ciudad de A Coruña, Arteixo, Culleredo, Betanzos, Bergondo, A Laracha, Ponteceso, Camariñas y Laxe, estarán Soutomaior, Cangas, Boimorto, O Carballiño, Ribadavia, Xinzo de Limia, Valdoviño y Coles.

Semana Santa

Aunque el comité clínico de Sanidade se volverá a reunir antes de Semana Santa, si la evolución de la pandemia de COVID continúa estabilizada o mejora, los planes del Gobierno de Feijóo pasan por no relajar las medidas. La hostelería gallega afrontará ese periodo vacacional, por tanto, con las mismas restricciones que en el puente de San José: cierre a las nueve de la noche y aforos de hasta el 50 y el 75% dentro y en terrazas en función de la situación epidemiológica de cada concello. Así se lo trasladaron ayer a los representantes de la hostelería el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, la conselleira de Emprego, María Jesús Lorenzana, y el titular de Sanidade, Julio García Comesaña.

Rueda defendió que lo mejor ahora es “consolidar” la situación antes de dar “nuevos pasos” en el proceso de desescalada, sobre todo habida cuenta de que como están repuntando los contagios en otras autonomías y otros países europeos. “Hay que ser prudentes”, remarcó. Rueda aseveró que el objetivo de la desescalada “no es la Semana Santa”, sino los “meses centrales” del verano.

Según asistentes a la reunión, los planes de la Xunta son avanzar en la relajación de medidas después de Semana Santa y siempre que no empeore la situación epidemiológica en la comunidad. Entonces, valoraría retrasar el toque de queda una hora, a las once de la noche, y de paso ampliar los horarios de la hostelería y permitir “cenas en los restaurantes”. También estudia ampliar aforos. No abre la mano ahora pues en Semana Santa habrá más movilidad y más contacto social y no quiere que se disparen los casos, como ya pasó en Navidades.

Los hosteleros pidieron que se incremente la vigilancia policial, sobre todo en los días festivos que se avecinan, para perseguir el incumplimiento de las normas y evitar dar pasos atrás en la progresiva implantación del plan de hostelería segura.

La Xunta ha vuelto a citar a los hosteleros el 5 de abril, un día antes de la reunión del comité clínico en el que se abordarían nuevas medidas de relajación, confirmó el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería e Turismo de Lugo, Cheché Real.

Los hosteleros aprovecharon el encuentro con los altos cargos de la Xunta para demandar mayor agilidad en los pagos de las ayudas al sector. Los autonómicos ya han empezado a recibir el dinero, pero aún aguardan las pymes, se queja César Ballesteros, presidente de Asehospo, Asociación Provincial de Empresarios de Hospedaje de Pontevedra. La Xunta ya ha recibido más de 40.800 peticiones de auxilio financiero y del segundo plan de rescate se han abonado 9,7 millones de euros.

Los empresarios también han reclamado a la Xunta que amplíe su radio de cobertura, pues en la actualidad sus ayudas son para empresas de menos de 25 empleados.

Por su parte, Rueda también pide al Gobierno central “agilidad y criterios objetivos en el reparto de las ayudas prometidas para autónomos, pequeños empresarios y hosteleros que el Ejecutivo central aun no concretó”.

Caen los ingresos pero aumentan los casos activos en Galicia

El balance informativo del Servizo Galego de Saúde (Sergas) de ayer produce sensaciones encontradas: alivio, al caer los ingresados por COVID, y tensión, ante la subida, aunque ligera, de los casos activos en cuatro de las siete áreas sanitarias. Las hospitalizaciones descendieron hasta las 249 (-15), un cifra que no se repetía desde mediados de octubre: hay 203 (-12) pacientes en planta y 46 (-3) en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Pero este respiro en la presión asistencial viene contrarrestado por el incremento de los casos activos, aunque ligero. Sanidade informó ayer de 2.490 personas con coronavirus, nueve más que un día antes.

Los fallecidos en Galicia desde el inicio de la pandemia de SARS-CoV-2 se elevan a 2.325, tras la confirmación, ayer, de cuatro nuevas muertes, ninguna de ellas en el área sanitaria de A Coruña y Cee. Los fallecidos son una mujer de 58 años y un hombre de 79, que estaban ingresados en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS); y otro varón y una mujer, de 86 y 89, en el Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). Según el Sergas, todos los finados presentaban patología previas.