“El objetivo inicial del cribado de colon es impedir que el cáncer aparezca”, subraya el jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Pedro Alonso, quien reconoce que la crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 ha tenido un impacto “muy importante” en la prevención de esa enfermedad. “El programa de cribado se paralizó durante meses al inicio de la pandemia y, aunque ya funciona con normalidad, acumulamos un cierto retraso que urge subsanar. Los sanitarios tendremos que hacer, por tanto, un nuevo esfuerzo para recuperar el ritmo y alcanzar el objetivo de realizárselo a la población a la que va dirigido [de 50 a 69 años] bianualmente”, subraya.

En España se diagnostican casi 45.000 nuevos casos de cáncer colorrectal cada año, es el tumor de mayor incidencia, pero detectado a tiempo, las tasas de curación son muy elevadas. ¿Qué papel juega el cribado en el abordaje precoz?

La curación del cáncer de colon, en estadios iniciales, es la norma. Y los tumores que se diagnostican en el marco del cribado de colon, tanto en Galicia como fuera de nuestra comunidad, están en estadios más tempranos que los que se detectan fuera de ese programa. Algo lógico, puesto que vamos a buscarlos, mientras que fuera del cribado, son los afectados quienes requieren asistencia sanitaria cuando la enfermedad ya ha dado síntomas. Dicho esto, quiero resaltar que el programa de cribado de colon no tiene como objetivo inicial diagnosticar precozmente tumores, sino prevenir la dolencia. Detectar lesiones precancerosas, pólipos, y extirparlos. Así evitamos la aparición del cáncer.

¿Qué tal responden los coruñeses al cribado de colon? ¿Las cifras son aceptables o necesitamos mejorar?

Aunque la aceptación ha aumentado, paulatinamente, todavía no es tan elevada como nos gustaría, en torno al 40%, con una ligera diferencia entre hombres (37%) y mujeres (43%). En este sentido, los varones tenemos que entonar el mea culpa en cuanto a prevención de este tipo de cáncer, que las mujeres tienen más interiorizada, seguramente, por la cultura de la prevención de los tumores mamarios, ya que el cribado del cáncer de mama se realiza desde hace muchos más años, aunque tal vez haya otras explicaciones a esa variación entre sexos.

¿Perciben diferencias con respecto a otras zonas de Galicia?

Nuestras cifras son semejantes a las de otras áreas de Galicia, aunque sí parece que la participación en el cribado de colon es mayor en las demarcaciones sanitarias más pequeñas. A Coruña y Vigo fuimos los últimos en incorporarnos al programa, y también los que tenemos peores cifras. Probablemente, esto va a mejorar con el paso del tiempo, aunque en la ronda inicial del cribado, las áreas sanitarias con menos población también registraron una participación más elevada que la que tuvimos aquí y en Vigo. Y eso que desde la dirección médica de nuestra área, y en los centros de Atención Primaria, se esta realizando, constantemente, una importante labor de educación sanitaria. Aún así, sin ser mala, la aceptación del programa no es la que nos gustaría.

¿Qué retrae la participación? ¿Quizás la posibilidad de someterse a una colonoscopia?

Es probable que la colonoscopia juegue un papel en todo esto, pero hay que aclarar que esa prueba se realiza, en todos los casos, con sedación. El programa de detección de cáncer de colon de la Consellería de Sanidade exige, de hecho, que se haga así. Obviamente, si alguien quiere renunciar a la sedación, puede hacerlo, pero se le ofrece a todo el mundo.

Pero no todos los participantes en el cribado se tienen que realizar esa prueba.

Por supuesto que no. La indicación del programa de cribado de colon es que los participantes recogen una muestra de sus heces, la depositan en su centro de salud y, de allí, se envía al laboratorio para proceder a su análisis. Si se encuentra sangre oculta en heces, algo que solo sucede en el 7% de los casos —el porcentaje es un poco superior en hombres que en mujeres—, se indica la realización de una colonoscopia. No obstante, me gustaría tranquilizar a los ciudadanos que tienen miedo a realizarse la prueba, porque el hecho de encontrar sangre oculta en heces no significa que se tenga un cáncer de colon, ni muchísimo menos. En la inmensa mayoría de los casos, hay otra causa detrás. A veces, ni siquiera pólipos, sino hemorroides u otras lesiones. En otras ocasiones, sí se encuentran pólipos y, solo en una minoría de pacientes, se detectan tumores. Y cuando es así, insisto, como están recogidos dentro del programa de cribado, suelen tener un pronóstico excelente.

¿Cómo ha impactado la pandemia de SARS-CoV-2 en la prevención y el diagnóstico del cáncer de colon?

Impactó de manera muy importante. A nivel nacional, de hecho, hay varios estudios en marcha, y nosotros participamos en algunos de ellos, para evaluar de una manera más completa y tangible cómo ha repercutido la pandemia de SARS-CoV-2, no solo en los programas de cribado, sino también en los diagnósticos y en los pronósticos del cáncer de colon. Esto está todavía en estudio, pero sospechamos que el impacto ha sido muy negativo, como ha ocurrido en otras especialidades.

En nuestra área sanitaria, los cribados oncológicos estuvieron paralizados durante varios meses. ¿Cuál es ahora la situación?

En el caso concreto del cribado de cáncer de colon, efectivamente, se paralizó de manera completa durante meses. Lo retomamos en el mismo 2020, aunque de manera parcial, con los casos que estaban a punto de realizar los procedimientos o que habían aceptado participar y no tenían resultados. Las invitaciones al cribado no se reiniciaron hasta principios de este año, justo después de las navidades, cuando el programa volvió a funcionar de manera normal, como si no hubiese pandemia. Desde entonces, y pese a que la tercera ola castigó de manera especial a nuestra área sanitaria, no se ha parado, aunque sí acumulamos cierto retraso que urge normalizar. Los programas de colon son bianuales, y esto significa que, cada dos años, tiene que cribarse a la población. Los sanitarios tendremos que hacer, por tanto, un nuevo esfuerzo para recuperar el ritmo y poder alcanzar ese objetivo.

¿Han constatado un incremento de los diagnósticos de cáncer de colon en estadios más avanzados por el temor de los ciudadanos a acudir a los centros de salud, sobre todo, durante la primera etapa de la emergencia sanitaria?

Sí, tenemos esa impresión, y es lo que estamos analizando, aunque los programas de cribado están al margen de esta circunstancia, porque se dirigen a asintomáticos. Si los pacientes tienen síntomas, no entran en el cribado. Pero sí, es muy probable que pacientes con síntomas que, en condiciones normales hubiesen solicitado atención médica, durante la pandemia se demorasen en hacerlo, y eso puede haber dado lugar a cierto retraso en el diagnóstico, pero eso es una impresión, no un dato científico aún.

Junto con el cribado, los hábitos de vida saludable juegan un papel clave en la prevención del cáncer de colon.

Los hábitos de vida saludable —realizar ejercicio de manera regular, seguir una dieta rica en frutas y verduras, evitar las comidas grasas, el sedentarismo y el consumo de tabaco y alcohol, etc.— influyen, de manera decidida, en la prevención del cáncer de colon, pero también de otros tumores (pulmón, páncreas, gástricos…), y de las enfermedades cardiovasculares, otra de las principales causas de muerte entre la población.

Con respecto a la dieta, ¿qué alimentos conviene evitar o consumir con moderación para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de colon y cuáles podrían ser beneficiosos?

El consumo excesivo de carnes rojas podría tener un efecto negativo, sobre todo si se cocinan en contacto directo con el fuego. Por el contrario, parece que los lácteos pueden tener un efecto protector, siempre que no haya una intolerancia a la lactosa, algo que tampoco es tan frecuente.