Los adictos al trabajo son personas que suelen trabajar siete o más horas más que otros por semana. Hay posibles razones para ello: problemas económicos, matrimonio deficiente o presión por parte de su organización o supervisor. La adicción al trabajo también se conoce como un trastorno del comportamiento, lo que significa la participación excesiva del individuo en el trabajo cuando un empleador no lo requiere o no lo espera.

 

 El objetivo de los científicos ha sido demostrar hasta qué punto el riesgo de adicción al trabajo está asociado con la percepción del trabajo (demandas laborales y control del trabajo) y la salud mental en cuatro categorías laborales sugeridas por el modelo de Karasek o el modelo Job Demand-Control-Support (JDCS), en el que los trabajadores pueden experimentar un nivel diferente de demandas laborales y control del trabajo: pasivo, de baja tensión, activo y de tensión laboral.

 

Los trabajos “pasivos” (bajo control del trabajo, bajas demandas laborales) pueden ser satisfactorios para un trabajador siempre que los trabajadores alcancen la meta establecida. Los trabajos de “baja tensión” tienen un alto control del trabajo y bajas demandas de trabajo. Las personas de esta categoría no corren un riesgo especial de sufrir problemas de salud mental y, por lo general, corresponde a trabajos creativos.

 

Asimismo, los trabajadores “activos” tienen altas exigencias laborales y un alto control del trabajo. Son profesionales altamente capacitados con responsabilidades, como jefes o directores de empresas. Estos trabajadores tienen tareas muy exigentes pero altos niveles de libertad de decisión para resolver problemas. Por último, los trabajadores con riesgo de trastornos relacionados con el estrés son los que pertenecen al grupo de “tensión laboral” (alta demanda y bajo control).

 

Los resultados muestran que las altas demandas laborales en el trabajo están fuertemente asociadas con el riesgo de adicción al trabajo, si bien el nivel de control del trabajo no juega el mismo papel. De hecho, la prevalencia del riesgo de adicción al trabajo es más alta para los trabajadores activos y de alta tensión que para los trabajadores pasivos y de baja tensión.

 

 Estos dos grupos de trabajadores parecían ser más vulnerables y, por lo tanto, pueden sufrir más los resultados negativos del riesgo de adicción al trabajo, en términos de depresión, trastornos del sueño, estrés y otros problemas de salud.

 

Finalmente, los investigadores han encontrado que las personas con mayor riesgo de adicción al trabajo en comparación con las personas con bajo riesgo de adicción al trabajo tienen el doble de riesgo de desarrollar depresión. La calidad del sueño es menor para los trabajadores con alto riesgo de adicción al trabajo, en comparación con los trabajadores con bajo riesgo de adicción al trabajo. Además, las mujeres tienen casi el doble de riesgo de adicción al trabajo que los hombres.  

¿Qué pueden hacer las empresas para evitarlo?

En 1914, seis años después de la creación del modelo Ford T en Estados Unidos, Henry Ford dio un paso revolucionario: duplicó el salario de sus trabajadores y redujo los turnos en sus plantas de nueve horas a ocho. No es de extrañar que muchos ridiculizaran la decisión de Ford en ese momento, pero gracias a esta ella, se demostró cuál es la cantidad correcta de trabajo que puede desempeñar un trabajador saludable y productivo.

Por ello:

Las empresas pueden ofrecer un horario de trabajo flexible que establece límites al mismo tiempo que les da a los empleados la potestad para tomar decisiones. Esto podría significar permitir que los empleados lleguen una o dos horas antes en la mañana para que puedan evitar el tráfico, o establecer una política de trabajo a distancia o teletrabajo.

Proporcionar tiempo libre pagado. En lugar de separar el tiempo libre en categorías como licencia por enfermedad pagada, días personales y días de vacaciones, muchas oficinas modernas han simplificado la política de tiempo libre. Este enfoque “trata a los empleados como adultos que son capaces de tomar decisiones sobre cómo, cuándo y por qué utilizar el tiempo libre remunerado proporcionado por el empleador”.

Patrocinio de eventos familiares para empleados. Esto ayuda a fomentar la formación de equipos y la amistad entre ellos, así como incluir a las familias en la cultura de la empresa para que los empleados puedan equilibrar mejor el trabajo y el hogar. Otra forma es ofrecer cuidado de niños en el lugar de trabajo.